El ansiado regreso a la Liga de Campeones tras una temporada de récord y el buen inicio del curso, con la entrada definitiva en el torneo continental al superar la eliminatoria frente al Nápoles, elevaron al máximo las expectativas en torno al Athletic. Lejos de darles respuesta, el equipo rojiblanco ha vivido mes y medio de pesadilla, sumergido en la zona peligrosa de la clasificación liguera y muy lejos del nivel esperado en la Champions League.

Nadie parecía capaz de explicar los motivos. Cansancio, pérdida de tensión tras la eliminatoria ante los italianos, nerviosismo por la indeseada situación... Pero el bache fue evidente, de la misma forma que lo es ahora la recuperación, que tampoco se acaba de razonar. Aunque el aspecto anímico parece tener mucho que ver. Las victorias empiezan a llegar y el equipo, menos presionado, se ve cada vez más suelto y, por lo tanto, con más posibilidades de mantener esta dinámica.

Un cambio de rumbo que arrancó tras tocar fondo en el Santiago Bernabéu el pasado cinco de octubre. El Athletic regresó de Madrid goleado, en posiciones de descenso y con el ánimo por los suelos después de que apenas unos días antes hubiera rozado el ridículo en Borisov, ante el que se suponía rival más asequible en su grupo de Liga de Campeones.

Con parón de por medio, había dos semanas por delante para lamerse las heridas y buscar soluciones. Y el equipo las encontró, al menos para salvar un empate ante un Celta que había comenzado la Liga en dinámica totalmente opuesta a los rojiblancos. Apenas tres días después, el Athletic volvía a caer, en Oporto, pero el rumbo empezaba a enderezarse en Liga donde, de hecho, no ha vuelto a perder desde la goleada encajada en el Santiago Bernabéu.

Algo en lo que ha tenido mucho que ver la seguridad defensiva. Curiosamente, a los rojiblancos se les achacó su incapacidad para transformar en goles la posesión por la que siempre pelean y muchas veces consiguen. Y lo cierto es que eso no ha cambiado demasiado, aunque en los ocho partidos que han disputado desde que cayeron ante el Real Madrid solo se han quedado sin marcar ante el Oporto en San Mamés y en la visita al Valencia.

Pero los números son bastante más elocuentes en lo referente al bagaje defensivo del equipo. En las siete primeras jornadas de Liga, hasta ese choque del Bernabéu, el Athletic había encajado once goles y solo había sido capaz de dejar su puerta a cero ante Levante y Eibar. En las cinco jornadas que han transcurrido desde entonces, sin embargo, Gorka Iraizoz solo ha recibido dos goles y Almería, Sevilla y Valencia no han sido capaces de perforar la portería vizcaina.

De ahí que, pese a los problemas que ha tenido por momentos en sus líneas más avanzadas, el equipo haya multiplicado su bagaje de puntos en estas últimas semanas. Ya son quince, con Europa a seis, e incluso las dudas varían. Quienes hace escasas jornadas se preguntaban si el Athletic tendría que sufrir demasiado este curso, ahora calculan si será capaz de remontar hasta el punto de volver a pelear por la Liga de Campeones o si se tendrá que conformar con hacerlo por la Europa League. El calendario de aquí a final de año puede dar más pistas.

Etxeita y Gurpegi

Partidos en los que habrá que ver si Ernesto Valverde puede contar con Xabi Etxeita, que regresó de Lviv con una lesión en el adductor de la pierna derecha. El que no se enfrentará al BATE es Carlos Gurpegi, sancionado por la UEFA por acumulación de amonestaciones.