Un club diferente, también en el éxito. Podría ser el slogan del objetivo que se ha marcado el Eibar tras su entrada en la elite del fútbol y que se guiará en buena medida por las conclusiones del Proceso de reflexión estratégica participativa para los tres próximos años que ya se ha puesto en marcha.

No es la primera vez. En 2009, con el equipo recién descendido a Segunda B, en un «momento de desolación absoluta», como reconocía ayer Álex Aranzabal, el club ya acometió un plan similar, que se revisó en 2012. Ahora, según explicó el presidente azulgrana en la presentación realizada en las instalaciones de IK4 Tekniker, se dan «dos circunstancias que nos obligan a poner en marcha otro Proceso de reflexión estratégica: estamos en Primera, lo que implica nuevos retos y nuevas estrategias, y el próximo año el club celebra su 75º aniversario».

En ese nuevo escenario, los objetivos fundamentales del Eibar son tres: «competir en el terreno de juego, algo que ya estamos consiguiendo»; gestionar el crecimiento, «el éxito, que a veces es más difícil de gestionar que las situaciones de crisis porque el éxito te puede llevar a relajarte»; y aunar ambos «siendo diferentes, queremos seguir siendo un club único también en Primera». Para ello, este Proceso perseguirá la «consolidación del Eibar como club único por su modelo de gestión, reforzar y divulgar el «modelo Eibar» y dotarnos de una metodología moderna de gestión».

Aunque los despachos no serán el único campo de actuación. El Proceso de reflexión girará en principio en torno a una decena de ejes estratégicos. La ampliación de la zona de influencia del club, la mejora de las infraestructuras, la definición del modelo deportivo del primer equipo, la fundación e incluida en esta el fútbol base o la imagen de marca y la internacionalización del club. También la reconfiguración de un esquema de ingresos que, como sucede en la inmensa mayoría de los equipos profesionales, está fuertemente descompensada: los derechos televisivos suponen ahora mismo un 87% de los ingresos, frente al 13% que suman entre marketing y «match day». El club como motor económico para el desarrollo de la comarca y el 75º aniversario completarían la decena de ejes.

Tal y como sucediera con el proceso acometido hace un lustro, la participación resultará fundamental. Las primeras reuniones -con jugadores, técnicos y directivos actuales- ya se han celebrado y, a lo largo de las próximas semanas, llegará el turno de exfutbolistas, representantes del fútbol base (ya sean padres, jugadores o técnicos), trabajadores, organismos políticos, accionistas, socios, peñas, medios de comunicación, expertos en diversas materias, clubes y asociaciones culturales, cuya actividad puede verse afectada por la nueva realidad del club, organismos deportivos y empresas.

Se cifra en unos cuatro meses la duración de un proceso, en el que Aranzabal destaca la «importancia de la participación y de la aportación de los diferentes puntos de vista». No faltarán los invitados a la presentación que se realizó ayer. El director de IK4 Tekniker Alejandro Bengoa, que ejerció de anfitrión, el presidente de Mondragón Internacional y Director de operaciones internacionales, además de exjugador armero Josu Ugarte, el catedrático de Derecho Internacional Privado e igualmente exazulgrana Juanjo Álvarez; el exdirector de Deportes del Gobierno Vasco, Patxi Mutiloa, largamente vinculado al club; y el exalcalde de Eibar Mikel Larrañaga, consejero de la entidad desde la pasada semana. Su presencia no fue casual. «Creemos que representan la misma combinación de la que presume el Eibar -explicó Aranzabal-, deporte y gestión de un club entendido como empresa. El Eibar siempre ha entendido que es tan importante lo que se hace en el campo como en los despachos, donde además es un reflejo de su entorno. El lugar, estas instalaciones, también refleja como ningún otro la capacidad de hacer frente a los desafíos».

Entre los invitados, Juanjo Álvarez destacó el planteamiento «heterodoxo» que realiza el Eibar con este proceso, como otro de sus rasgos identitarios. «Unir reflexión y fútbol, que rara vez van juntos, es otra demostración de por qué y cómo el club ha llegado a donde está».