Más moral no, más suerte sí
Un gol de Viguera en el 90 salva la cara a los leones

ALCOYANO 1
ATHLETIC 1
Con cara de Borisov. Era el reconocible dibujo del rostro de Ernesto Valverde, que no sentó un solo segundo en la banda de El Collao, una caja de cerillas en la que el Athletic estuvo a punto de quemarse a lo bonzo, porque el Alcoyano, un equipo mimetizado con las reducidas dimensiones del terreno de juego, perdonó hasta tres claras ocasiones de gol. Al final, los rojiblancos, a los que sonreía la fortuna y eso que iban por debajo en el marcador, se fueron con un inmerecido empate gracias a un golazo de puro `9' de Viguera, desaparecido hasta entonces como el resto del equipo. Qué horror de partido por parte de los bilbainos; malo no, lo siguiente. Y como diría Txingurri, son los mismos que ganaron en Getafe, o al menos parecidos, porque el carrusel de cambios no sirvió para que ninguno de los menos habituales se reivindicara. Y tampoco era el día para hacerlo.
Avisó el técnico que era unencuentro peligroso y repitió tras el empate. Lo que no intuía nadie era que su equipo iba a firmar una noche tan esperpéntica. Si en la primera mitad llevó al menos el dominio pero nunca encontró espacios para acercarse a la meta alicantina, la segunda, ya con el marcador en contra, fue para mear y no echar gota. En ese segundo tiempo, el Alcoyano envió incluso un balón al poste de un Herrerín que se encontró con otro balón que era ya un gol cantado.
Los leones no estuvieron a la altura en ningún momento, ninguno de ellos, para desazón sobre todo de los muchos aficionados rojiblancos presentes en las gradas de El Collao. Pero no es menos cierto que las dimensiones del campo, 102x65, fueron una encerrona para los bilbainos que nunca supieron cómo manejarse, abrir huecos, llegar al área del portero rival. Bandas demasiados próximas, pases inciertos, falta de movilidad, juego en apenas treinta metros y un Alcoyano con defensa de cinco y cuatro más delante. Y en la casi primera llegada local, Iraola que no encima a su par y el disparo lo roza Ferrón ante la inoperancia defensiva del Athletic. Era lo peor que le podía pasar a los leones, vista su impotencia. Seis desatinados córners en ese primer tiempo y San José viéndolo por la tele.
La cara de Valverde, entre gélido o descompuesto, lo decía todo. Como en Borisov. Y la segunda mitad sería peor. A los cinco minutos perdonaba Ferrón, diez después la mandaba al palo y a falta de ocho Herrerín se la sacaba a Perona. El primer disparo bilbaino entre los tres palos y peligro, auna volea de Ibai en el minuto 69. Y cuando el pez chico se iba a comer al grande, Viguera pinchaba un balón dentro del área, se buscaba las alubias y la cruzaba a la red imposible para su paisano Natxo Nazal.
Pasaban trece segundos del 45 y aun los rojiblancos dispusieron de un córner sobre la bocina que tampoco supieron aprovechar, aunque ya hubiera sido una atropello tal que después del robo de parte de la recaudación, el club alicantino no hubiera levantado la moral en mucho tiempo. El Athletic al menos encarrila la eliminatoria, que visto lo visto, no es poco. Y mejorar lo de ayer, fácil.
«Si juegan los de Getafe hubiera sido parecido»
Ernesto Valverde, una vez mas, volvió a templar nervios en sala de prensa. «Este partido es uno de los más difíciles de jugar», sostuvo, que no quiso referirse al juego de los suyos y sí subrayar lo mucho que condicionó a su equipo las dimensiones del campo. «Queda la vuelta, esto no es una cuestión de un partido», quiso quitar hierro al pésimo juego. El técnico vio dos partes bien diferenciadas, una primera en la que el Athletic llevó el peso del aprtido, pero según él, la fortuna fue del Alcoyano al marcar, y una segunda con el rival cerrado y donde los bilbainos no llegaron, pero la fortuna les sonrió al final con el empate. «Si juegan hoy los de Getafe habría sido parecido», dijo. J.V.
Tras conocer el club rojiblanco la noticia del robo de las instalaciones de El Collao, pertenecientes al Alcoyano, el Athletic donará 15.000 euros al club alicantino, según comunicó a su homólogo el presidente Josu Urrutia en la comida de hermandad entre ambos clubes.

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