El partido de Copa ante el Oviedo dejó secuelas en la enfermería realista. De hecho, es muy posible que Gorka Elustondo y Joseba Zaldua no viajen a Vila-Real como consecuencia de sendas torsiones del tobillo izquierdo que sufrieron en el Carlos Tartiere, y ayer no entrenaron con el resto del grupo. Quizás en otras circunstancias se podría forzar su presencia, pero la recuperación de Iñigo Martínez y el descanso de Carlos este jueves apuntan al cambio de cromos, puesto por puesto.

También es previsible el regreso al equipo titular mañana de jugadores que descansaron en el partido de Copa, como Carlos Vela, Xabi Prieto o Esteban Granero. Quien seguro que no va a estar es Imanol Agirretxe. El jugador de Usurbil, que se lesionó en los primeros minutos del último encuentro de Liga contra el Elche (3-0), sufre una rotura fibrilar de grado dos que pospondrá su reaparición hasta el próximo año.

En cuanto al partido de mañana, dada la buena racha que mantiene el Villarreal, supondrá un exigente test tras acumular siete puntos de los últimos nueve disputados. Además, la estadística esta de su lado porque El Madrigal es uno de los campos en los que más puntos saca de todos los de Primera División. Ha jugado la Real en la ciudad castellonense doce encuentros, once de ellos de Liga, en los que ha ganado cuatro y empatado otros tantos, también con el mismo número de derrotas.

El año pasado se produjo una curiosa circunstancias ya que en la misma semana ambos equipos tuvieron que dilucidar dos encuentros, uno de competición liguera que acabó con goleada para el Villarreal (5-1) y, días después, la vuelta de Copa que permitió a la Real (0-1) acceder a las semifinales.

Pardo, ilusionado

Por otra parte, Rubén Pardo declaró ayer que «esto no para y ahora toca pensar en el Villarreal. Hay que entrenar a muerte para quitarnos el mal sabor de boca del año pasado».

En caso de jugar mañana será su partido número 100 con la Real, por lo que Pardo aprovechó la comparacencia para reconocer la alegría que le produce llegar a centenario, si bien confesó que le gustaría «jugar un poco más. Tengo 22 años y no quiero estar parado. Quiero seguir creciendo aquí, aunque sé que es complicado mantener un nivel alto», confesó.