Juan José Millás
EL PAÍS, 2014/12/5
HEMEROTEKA

La cultura

Qué ocurriría si nos extirparan de la imaginación los martes y luego los miércoles y así hasta arrebatarnos todos y cada uno de los días de la semana? (...). Hubo un tiempo en el que no existía el jueves próximo ni la primavera que viene. Ya teníamos hígado y riñones y lengua y paladar y tráquea. Pero carecíamos del sábado. Hoy sería más difícil vivir sin sábado que sin tráquea. Casi todos los órganos se pueden sustituir o trasplantar, pero un sábado no se le ocurre a cualquiera. (...) ¿Cuánto ingenio fue preciso poner en marcha para descubrir la lástima? ¿Qué clase de delirio nos indujo a enterrar a los muertos en vez de comérnoslos, pese a la suma de proteínas que contiene un cadáver?

Imaginemos a un hombre o a una mujer desposeídos de la utilería fantástica que acabamos de referir, y que no ocupa sino una parte mínima de lo que llamamos realidad (la realidad, otro hallazgo de cojones también); imaginémoslos despertando sin saber qué hora es, qué día, en qué estación del año se encuentran, adónde deben ir a trabajar. Algo de eso ocurre en momentos de implosión como los actuales. Se desechan conquistas, se eliminan derechos, se reduce a las personas a sus necesidades básicas, necesidades que cubre la solidaridad individual porque el Estado no llega. ¿Pero quién garantiza el acceso a la cultura?