Ibiliz Ibili | Jesús Mª Alquézar

Pico La Rioja, en La Demanda Senderismo desde Valvanera a Tobía

Las excursiones de «senderismo» de montaña constituyen una disciplina en auge, que cuenta cada día con más practicantes que buscan el ocio y el recreo en la naturaleza con salidas de disfrute y contemplación. Las rutas existentes y balizadas son abundantes, pero también hay algunas mas salvajes y desconocidas. Como en cualquier actividad, la búsqueda de nuevos escenarios es una riqueza que interesa a los deportistas, para que la afición no decaiga. Una acción tradicional en el montañismo vasco -y este ibiliz ibili es un homenaje a ellas- son las excursiones en travesía colectivas que organizan los clubes de montaña cada semana y desde todos los pueblos del País, dado que el asociacionismo está muy atomizado.

Desde este medio de comunicación y en el suplemento que tienes en tus manos se promociona esta actividad con dos páginas cada 7 días. Por ello, me he atrevido a sugerir a los lectores de Mendia un precioso recorrido, de un punto a otro, con el auxilio del autobús, completado recientemente, en este caso, por el club Vasco de Camping de San Sebastián ,y que puede ser emulado por esas entidades inquietas por nuevos horizontes.

Para los que quieran desplazarse hasta La Rioja de forma individual, necesitarán el auxilio de un automóvil, de diferentes formas, o bien que los participantes salgan de cada sitio y se cambien las llaves en el camino, tal como hicimos en la preparación del recorrido. La fórmula la decidirán los interesados en conocer este precioso escenario natural en la Sierra de la Demanda, y más exactamente en los cordales del macizo de las «Peñas del Oro». Además del ejercicio deportivo, por el largo desplazamiento, existen otras actividades complementarias -culturales, históricas y gastronómicas- alrededor de estas salvajes montañas. Todas forman parte del paquete del «senderismo».

La travesía nace en el Monasterio de Valvanera, abadía benedictina escondida al final de un impresionante desfiladero, entre altivas montañas, rodeadas de bosques. Encima del santuario se toma el sendero GR 129 con destino a Ezkaray (señalética y balizado con las dos bandas rojiblancas), que se abandona enseguida, para seguir por el camino que discurre por la orilla dcha del barranco El Cristo, engullidos en la cerrada vegetación de un precioso parque. Cuando el terreno se despeja, por la cabecera del barranco los excursionistas cambiarán de orilla para seguir ascendiendo. Se encuentran los senderistas en el primer collado, el de La Mesa-Herradera, desde donde se divisa el pico, herboso, grande, bonachón y voluminoso, y que invita a pisar su cima. Después el cordal alcanza el paso principal, el collado de Campastro. Por la dcha en una corta pero intensa subida los deportistas pisarán la cumbre (buzón), situada en el cordal divisorio de los barrancos de Tobia y Valvanera, que ofrece un novedoso y dilatado paisaje de montañas hacia todos los rumbos, destacando los techos del macizo de San Lorenzo al Sur, y las más bajas de Peña Tobía y Peñalba con sus originales colores en ruiniformes paredes, al N (Mendia 10.6.2013).

La segunda parte de la excursión es el descenso hasta Tobía. El tramo siguiente se desarrolla sobre sendero que se abre paso entre alta vegetación de boj, y que culmina en el collado Cervan o Campo de las Brujas, donde la referencia es un estanque agrícola de agua. Aquí los excursionistas derivarán a la izda por la pista que hasta aquí llega, y en la 2ª curva, un lazo de 180º en su vértice (cairn), entraran por senda en un incomparable bosque «impenetrable», de encinas, hayas y robles, que es un placer para los sentidos. Como perdidos en una montaña de bruscos y cerrados barrancos, los montañeros desembocan en el barranco Tobía, junto a una escultura imagen de la virgen de Valvanera. Ahora, a los caminantes les quedan 3,200 km de carretera estrecha de montaña en descenso para llegar a la solitaria aldea de Tobía, bajo los impresionantes y coloristas farallones de la peña de su mismo nombre, donde espera el bus.