Juan Carlos ELORZA
Selekzioak

Un buen partido, y dos vencedores

El segundo enfrentamiento entre Euskal Herria y Cuba tuvo poco que ver con el del sábado, y permitió presenciar una versión mucho más ajustada del verdadero potencial de las vascas. Esta vez la selección salió enchufada desde el pitido inicial, con un buen trabajo defensivo, en el que las dos laterales (Gil y Nogales, con Menéndez y Ederra en el centro) presionaban más allá de nueve metros a las dos laterales cubanas, dificultando sus progresiones, y además el juego de ataque fue mucho mejor que en Basauri.

Alba Menéndez empezó tomando la responsabilidad en el juego ofensivo, y mostrándose muy acertada cara al gol (marcó sus 4 goles en los primeros 20 minutos, y participó también en otros 3 de los 9 que llevaba Euskal Herria en ese momento), y se entendió muy bien con Nogales y Gil, un trío que logró darle mucha fluidez a la circulación de balón y ofreció muy buenos minutos, aportando goles y provocando 3 penaltis que Ziarsolo convirtió sin fallo.

Protegiendo mejor que en Basauri la posesión del balón, acertando en el tiro y limitando así las paradas de Guevara, y con un buen balance defensivo, impidieron correr a las cubanas, que si el sábado machacaban a contraataques a Euskal Herria -con 8 goles antes del descanso-, ayer solo conseguían uno.

En el ataque en posición caribeño la responsabilidad quedó en manos de su primera línea y, ante la dificultad para lanzar desde lejos por la presión de la defensa abierta vasca, se pusieron a jugar acciones de uno contra uno, con fintas y penetraciones, en las que quedó patente su fortaleza física en las salidas. En ese juego destacó su central Fernández, pero también las laterales Martínez y Lusson. El juego de las cubanas no era tan fluído, pero su fuerza les servía para mantener el marcador igualado.

Tras el descanso continuó el toma y daca, con empates sucesivos a 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24 y 25, y Cuba mostrando también que tiene recursos en el banquillo -con los cuatro goles de su lateral Ramírez, o los tres de su extremo zurda Mesa-, cuando las titulares acusaban el cansancio y se tomaban un respiro.

En la selección vasca Imanol Alvarez daba entrada a todas sus jugadoras, Leire García cumplía bien en la portería, Nogales estaba siempre presente en el juego -y tan infalible como Ziarsolo desde los siete metros-, y Ederra se lucía con varios remates marca de la casa, vaselina o liftados, que salvaban la tremenda envergadura de Guevara.

En los últimos cinco minutos Cuba se adelantaba por dos (25-27 y 26-28), aunque lo que se vivía en la pista era que «empataba» a 27 y 28, pero dos goles de Ederra y Egozkue devolvían el empate -aunque el marcador reflejaba un 30-28 a minuto y medio del final, que era lo que guiaba a las vascas y casi les permitía relajarse-, y Ramírez hacía el definitivo 28-29 de penalti con el tiempo a cero, aunque en el pabellón, en la televisión, y en el acta oficial se recogía como el 30-29 ¿definitivo? En suma, un buen partido, un bonito y emocionante espectáculo, y un despropósito del equipo arbitral.

Dos errores de la mesa y la pareja arbitral alteran el resultado del partido

A 10 minutos para el descanso, poco después del 10-9 marcado por Nerea Elizegi en un tiro en suspensión desde la derecha -un golazo-, y mientras el balón circulaba en el centro de la pista, en la imagen de ETB se ve que el marcador, que hasta entonces estaba bien, se modificaba para señalar 11-9.

La persona que se encargaba del grafismo había recibido un aviso por línea interna de que el marcador de la imagen no se correspondía con el del pabellón, mientras desde la posición de prensa, tras la mesa de anotadores, en ese mismo momento se estaba advirtiendo a la mesa del error. El equipo de ETB observó movimiento enfrente mientras dudaba si cambiar el resultado, pero la mesa hizo caso omiso, y ETB subió el gol que nunca se marcó para hacerlo coincidir con el del marcador -el «oficial»-, que poco después señalaba un 16-15 al descanso cuando debería haber sido 15-15.

En el descanso, desde la zona de prensa se volvió a pedir a la mesa que repasara sus notas, donde se advertía que en un apartado había 16 marcas de goles, pero en otro con la relación de tantos conseguidos por cada una de las jugadoras vascas se sumaban 15. Incluso se advirtió a la pareja arbitral -que indicaron que la responsabilidad era de la mesa, y uno de los colegiados agregaba que ellos controlaban de vez en cuando el marcador «y está bien»-, e incluso al propio presidente de la Federación Vasca, que bajaba un momento a la pista de Artaleku.

En la reanudación, en el minuto 2.35 de juego, Silvia Ederra marcaba de una preciosa vaselina el que suponía el 16-17 «real», 17-17 según la mesa. Pero un error en la manipulación del artefacto del marcador hizo que de repente se visualizara un 19-17 por unos instantes. Tras unos momentos de desconcierto -incluso parece que el banquillo cubano reclama, aunque ellos tampoco anotaban los goles-, la mesa reconocía en parte su error y modificaba el resultado... restando un gol a Euskal Herria, dejando el marcador en 18-17. Había subido dos de más, y restado uno, o sea que en el balance las vascas sumaban otro gol de propina... y ya iban dos. En las imágenes de televisión, repasadas ayer dos horas después del partido en las dependencias de Miramón por periodistas de GARA y ETB, se van viendo los cambios en el grafismo de los goles en función de lo recogido por el marcador electrónico, aunque lo que no se ven son los goles que los justificaran. A partir de ahí ya no hubo más errores, las jugadoras de los dos equipos siguieron peleando con ímpetu por la victoria, ajenas al lío del marcador y fijándose únicamente en los apretados guarismos que se veían en el panel del pabellón. Tras el pitido final el marcador electrónico, así como la pantalla de ETB -que se había adaptado al marcador oficial, pese a las dudas de quienes metían los datos-, recogían un 30-29 a favor de Euskal Herria, aunque en realidad había marcado 28 goles, y el triunfo correspondía a las cubanas. Tras el partido, este periodista recabó información -de manera informal- entre varios grupos de espectadores preguntando si habían observado algo extraño durante el partido, y en todos había quienes se habían dado cuenta. El repaso posterior de la grabación de ETB no dejaba lugar a dudas. J.C.E.