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Qatar vuelve sobre el papel al redil de los Saud en el Consejo del Golfo Pérsico

Qatar ha actuado por realismo al realinearse con el resto de regímenes del Golfo en defensa del presidente golpista egipcio, Abdel Fattah al-Sissi. Lo que está por ver es si ello supondrá una marcha atrás real en su apoyo a los Hermanos Musulmanes y a las revueltas árabes.

El cambio de tono de Qatar fue oficializado el martes en el transcurso de la cumbre en Dubai de los seis regímenes del Golfo, que concluyó con el anuncio del apoyo total a Egipto (...) para asegurar su estabilidad y su prosperidad».

Los expertos estiman, sin embargo, que Qatar y su emir, el jeque Tamin Ben Hamad al-Thani, no deberían cortar sus lazos con los Hermanos Musulmanes, que representan a una importante corriente en el mundo árabe. Ello no obvia que Doha está decidido a limitar, siquiera formalmente, ese apoyo para que no interfiera en sus numerosos intereses políticos y económicos y en sus grandes ambiciones deportivas.

La cumbre anual del Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudí, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar) ha permitido cerrar una crisis regional que duraba ya nueve meses.

En su resolución final, además de reiterar el apoyo al golpista Al-Sissi, el consejo del Golfo denuncia «a las milicias que controlan la escena» en Libia.

Qatar está acusado de apoyar en Libia a la milicias islamistas no yihadistas, capitaneadas por la ciudad de Misrata, donde los Hermanos Musulmanes tienen bastante implantación.

Ocurre que otras milicias como las de Zintan respalda al Gobierno prooccidental en el exilio en Tobruk, apoyado asimis- mo con cobertura aérea por el vecino Egipto y por los Emiratos Árabes Unidos, régimen sátrapa del Golfo.

Aval a las protestas en Bahrein

Qatar apoyaba también hasta ahora la revuelta mayoritariamente chií pero antes que nada democrática en la satrapía de Bahrein, ahogada hace dos años a sangre y fuego por el Ejército saudí.

Tanto este apoyo como la denuncia por Qatar del golpe de Estado militar en Egipto indignaron a Riad, que retiró a su embajador en Doha.

Qatar, que reaccionó con la abdicación del emir en su hijo, parece haber dado su brazo a torcer pero los expertos insisten en que hay zonas de sombra en esta marcha atrás. Como ejemplo, destacan que su brazo mediático, Al-Jazeera, no ha cambiado su línea editorial.

Los analistas insisten en que mantendrá un equilibrio delicado porque le interesa conservar sus lazos privilegiados con el islam político.