GIPUZKOA BASKET 63

JOVENTUT 66

Taquan Dean forzaba la prórroga con un triple a diez segundos del final en un partido perdido de Gipuzkoa Basket. Ante un Joventut que tenía a todos sus veteranos en la cancha, los donostiarras mostraron tener más temple en esos instantes, mientras Suton y Vidal erraban cinco tiros libres cuando podían certificar el triunfo verdinegro en Illunbe. David Doblas establecía el 62-60 con dos tiros libres nada más empezar el tiempo extra, dando a los donostiarras su primera ventaja desde el primer cuarto. ¿Pero todo esto, para qué? Por desgracia, para nada, porque entre Suton y Mallet voltearon el marcador hasta el 63-66 final y Jordan no logró forzar el segundo tiempo extra con su triple a la desesperada.

Los de Salva Maldonado acarician la Copa, ya que sumaban su octava victoria, aunque disputaron uno de sus peores partidos de la presente campaña. Nerviosos, atascados y erráticos, ninguno de los dos conjuntos hizo merecimientos para llevarse la victoria. Quizá el mencionado Suton, capaz de amasar 15 puntos y 16 rebotes, siendo el único jugador capaz de anotar una canasta en juego -un palmeo- en el parcial de 3-6 de la prórroga, fuera quien más inclinó la balanza del lado catalán, sobre todo cuando más achuchaban los de Ponsarnau. Pero vaya, que si la moneda hubiera caído del otro lado, tampoco se habría extrañado nadie.

Jugando a la desesperada

En realidad, en Illunbe se jugaron dos partidos: uno, hasta que Savané, Mallet y Hannah establecían el 38-53 mediado el tercer período; el segundo, a partir de ese momento. Gipuzkoa Basket, que tendrá que buscarse otro emplazamiento en Donostia para enfrentarse a la Penya -sufría su sexta derrota de ocho partidos en el Donostia 2016 Arena frente a los verdinegros-, jugó en todo momento a la desesperada, sin encontrar su ritmo. Vivió exclusivamente de la brega de Iarochevitch y Dani Díez y el acierto puntual de Dean.

A todo ello hubieron de añadirle más desgracias los guipuzcoanos. Por un lado, la baja de Jordi Grimau por diversas molestias físicas, mientras que Josep Franch debió abandonar el partido en el tercer período después de que el ex de GBC Albert Miralles le metiera el dedo en el ojo en una jugada fortuita.

Otro de los damnificados de la jornada fue David Doblas. El pívot de Pedreña, como es habitual en él, lo intentó todo, pero ayer no fue su día -a pesar de los números-. Tal fue su cabreo que se marchó a vestuarios sin formar en el habitual corro de los jugadores. Ponsarnau lo retiró por imposible en la primera mitad, porque entre Suton y Savané le estaban dando la tarde -de hecho, le fue mucho mejor con Iarochevitch y Díez-, mientras que en la segunda, aunque aportó más y se le vio menos revolucionado, distó muy mucho de su nivel habitual.

A pesar de todo, Gipuzkoa Basket seguía en el partido. Díez aguantó a los suyos hasta el descanso, anotando sus 11 puntos en esos 20 primeros minutos, a los que se llegó con 30-42 en el luminoso. Como bien se ve, fue la Penya quien padeció un monumental atasco tras el receso. Los de Maldonado firmaron un 6 de 29 en triples -7 de 26 los de Ponsarnau-, pero aguantaban con una buena renta hasta el 38-53, pese al mal partido de Miralles y Vidal, fruto de su dominio en el rebote ofensivo.

La misma medicina

Gipuzkoa Basket aplicó la misma receta de triples y rebotes ofensivos que su rival y, remontando ocho tantos en un minuto, Dean establecía el empate a 60. La Penya parecía desquiciada, pero en estas Suton dio un paso adelante y los verdinegros volvían a tomar la delantera.

GBC no jugó bien sus cartas y, como postre, el triple de Jordan con 63-66 se fue desviado. Tanto sufrimiento para nada.