Doctorados en cortocircuitar al rival
Los de Gaizka Garitano realizaron un trabajo destructor a destajo que frenó las individualidades locales y consiguió, por primera vez en lo que se lleva de esta temporada, que sus propietarios no consiguiesen subir ningún gol al propio casillero en el Sánchez Pizjuán.

SEVILLA 0
EIBAR 0
El Eibar se va doctorando como equipo sólido, al que resulta muy complicado doblegar. El Sánchez Pizjuán era una prueba dura para conocer hasta qué punto eso era cierto y la escuadra armera la pasó con notable alto, a lo que solo faltó algo más de presencia en ataque, sobre todo tras el descanso. Todo no puede ser, en cualquier caso, pues los de Gaizka Garitano tuvieron que hacer un desgaste destructor desmesurado para frenar las individualidades del Sevilla, y ello se notó a la hora de tener pulmones para salir hacia las posiciones de ataque.
Bien colocados, solidarios en las ayudas y, sobre todo, estando muy atentos a las líneas de pase y combinaciones que intentaron hombres de la calidad de Reyes, Aleix Vidal, Banega, Bacca y compañía. Un punto más que sumar a la veintena que ya acumulan los eibartarras, empatados en la tabla ahora mismo con todo un Celta al que hasta hace no muy poco le llovían múltiples alabanzas.
Sabedor de lo que le esperaba en uno de los campos más complicados de la categoría, el Eibar se puso el buzo de trabajo desde el pitido inicial e hizo bien. Calcados ambos periodos, el Sevilla, con importantes novedades en su once, salió en tromba en sus respectivos inicios, dispuesto a encarrilar por la vía rápida un choque que al final se le acabaría atragantando en su lucha por alcanzar la tercera plaza. Fueron minutos en los que el balón rondó los dominios de Irureta, pero sin un agobio que llegase a intimidar.
Solo el hecho de que Lillo y Abraham se cargasen muy pronto con sendas tarjetas amarillas, sumado a las incursiones de Reyes y Aleix Vidal -ayer reconvertido a lateral derecho-, principal ruta que utilizaron los hispalenses en el primer tiempo para abrir una vía de agua en la ordenada defensa armera, podía transmitir cierta preocupación. Sin embargo, quien se llevó el primer susto fue Beto, muy rápido de reflejos, para enviar a corner un chut escorado pero con mucha intención de Capa en una arrancada por el flanco diestro, a la postre uno de los mejores lances guipuzcoanos en ataque, junto a las rápidas salidas y caídas a banda de Piovaccari mientras le duró el combustible al italiano.
Poco a poco, el Eibar se fue desembarazando del dominio anfitrión, avanzó metros y se vio su mejor cara en el último tramo de los primeros cuarenta y cinco minutos. Un misil a bote pronto de Boateng -entró finalmente en el once- a falta de cinco minutos para el descanso, y que iba pegado al poste, se convirtió en la más clara ocasión de los armeros, aunque un Beto rápido de reflejos la mandó a corner con su manopla.
Bien es cierto que previamente el Sevilla había puesto coto a la meta de Irureta, con un Banega impreciso en los metros finales, un tiro de Reyes que iba a gol -pero salió rebotado en el mar de piernas- y un chut de Diogo desde fuera del área que se fue abriendo a medida que se aproximaba a la portería defendida por el cancerbero visitante.
Más exigencia tras el descanso
Los de Unai Emery apretaron las tuercas en la reanudación y los azulgranas, bien por esa circunstancia, bien por inercia, se fueron metiendo cada vez más en su parcela, lo que hizo temer lo peor. El cuerpo de Bóveda primero y la mano después de Irureta -previamente había fallado en la salida- evitaron que los locales se adelantasen en el electrónico en el primer cuarto de hora de la segunda parte.
La retirada a los cuarteles de invierno del Eibar provocó, asimismo, que la salida de balón armera fuera casi inexistente. El Sevilla recuperaba con facilidad y hostigaba cada vez con mayor ahínco en campo contrario. La salida de Bacca por Banega era toda una declaración de intenciones, mientras el cuadro vasco se las ingeniaba para mantener el barco a flote, pese a que los de Nervión sacaban toda su artillería, con Denis Suárez -goleador en competición europea- y un gris Deulofeu como torpedos de última hora.
Fue el primero quien, por partida doble, lo intentó en un disparo que se marchó arriba y otro pegado al poste, cuando apenas faltaban tres minutos para que se cumpliese el tiempo reglamentario. Mientras tanto, al conjunto azulgrana solo le quedaba oxígeno para alguna que otra arrancada contada y meter un poco de miedo a balón parado. Precisamente una de esas jugadas acabó con lanzamiento lejano arriba de Navas.
Los minutos iban pasando y el premio se antojaba ya cercano, pero el temor a acabar de un plumazo con todo el trabajo realizado seguía planeando en el ambiente. Especialmente en los eslalones de un Reyes, al que le pierde su gusto por la natación cuando en muchas de sus internadas podría sacar mayor tajada que intentar engañar al árbitro de turno. Estrada Fernández no picó en esta ocasión, aunque debió amonestar al jugador por sus continuas simulaciones.
Ya en el descuento, fue M`Bia quien metió el miedo en el cuerpo con un cabezazo a quemarropa que no encontró portería de milagro. Hubiese sido demasiado cruel para un Eibar que se dejó la vida en el césped y que consiguió por primera vez en esta temporada que el casillero hispalense se quedase a cero.
Garitano: «Ante equipos y campos como estos, el Eibar tiene que saber sufrir»
Ya venían prevenidos de antemano y sus cálculos no fallaron. El Sevilla les iba a apretar todas las costuras para intentar deshilacharlos, pero el Eibar se mostró como un traje hecho a medida y que ahora mismo no se desgarra ante situaciones complicadas. El secreto, mucho sacrificio y solidaridad. Así lo reconoció su técnico, Gaizka Garitano, a la finalización del envite, asegurando que es «ante equipos como este y en campos como estos donde el Eibar tiene que saber sufrir».
En ese sentido, el preparador azulgrana analizó que su equipo «llevó bien el primer tiempo» y felicitó por ello a los suyos, pero eso mismo no ocurrió tras el descanso. «En el segundo tiempo solo pudimos defender con orden. No teníamos la pelota y no podíamos hacer nada ante un conjunto como el Sevilla, que fue superior y que saca desde el banquillo a jugadores como Deulofeu o Bacca», explicó.
Al otro lado de la bancada, Unai Emery, técnico del Sevilla, no tuvo reparos en reconocer el «mérito» del rival para impedir que los anfitriones se llevasen los tres puntos en un partido en el que sus pupilos pusieron todo «para ganar». «No tengo más que felicitar a mi equipo y a la afición que ha estado», indicó.
«Hemos hecho el trabajo que correspondía, sabíamos de la dificultad y la dureza del partido ante el Eibar», añadió el entrenador de Hondarribia, quien insistió en que su escuadra tenía que «estar por encima de eso y lo ha estado», a la par que consiguió que el rival «no tuviera ocasiones claras», aunque a su equipo le faltó aprovecharse de las que dispuso. N.M.
No habrá descanso para la plantilla, que retomará el trabajo hoy por la mañana -10.30- en el anexo de Ipurua. Los azulgranas comenzarán a preparar el encuentro de vuelta copero ante el Getafe, con la complicada intención de darle la vuelta al 3-0 de la ida.
Tras el empate a cero en Sevilla, el Eibar encadenó su tercera jornada consecutiva sin perder y ya está ubicado con solvencia en la zona media de la tabla. Los armeros han conseguido veinte puntos, más o menos la mitad de los necesarios para continuar un año más en Primera.

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