R.S. DONOSTIA
Política carcelaria de excepción

El TS se da tiempo para decidir entre el estándar europeo y la trampa del PP

Contra lo que él mismo anticipaba, el Supremo no unificó ayer su doctrina sobre la prolongación del cautiverio de presos vascos y ni siquiera decidió sobre el caso de Kepa Pikabea. Se da tiempo hasta el 13 de enero como mínimo, y así facilita las crecientes presiones del Gobierno.

Si todavía existía alguna duda de las enormes presiones sobre el Supremo español para que mantenga alargadas las penas a presos vascos pasando por encima del criterio europeo, el propio Pleno de la Sala Segunda se encargó ayer de acreditarlas. Tras un día entero de reunión, los quince magistrados decidieron por unanimidad darse más tiempo para decidir si asumen ese estándar comunitario, consistente en descontar en el Estado español el tiempo que hayan cumplido antes en las cárceles francesas, o si aceptan la trampa improvisada por el Gobierno del PP con la coletilla ad hoc insertada en una ley a su paso por el Senado hace unas semanas.

El debate venía motivado por la disparidad de criterios aparecida en la Audiencia Nacional en la media docena de casos ya analizados. Durante todo el día se especuló con la probabilidad de que el TS decidiera al menos sobre la situación de Kepa Pikabea, cuya excarcelación se negó en primera instancia en la AN, aunque no llegara a unificar una posición, pero finalmente ni siquiera se desatascó este asunto concreto. Se optó por pedir primero opinión tanto a la defensa de Pikabea como a la Fiscalía sobre si debe aplicarse o no la reciente ley retocada para intentar puentear el dictamen europeo. Les da de plazo hasta el día 13 de enero y entonces se reunirá otra vez.

Aparentemente, el trámite no aportará nada nuevo, ya que en buena lógica la representación del preso vasco demandará que se aplique el estándar europeo -computándole el tiempo pasado en cárceles francesas -, mientras la Fiscalía intentará sostener la artimaña del PP. No solo porque se trata de una institución jerárquica dependiente en última instancia del Gobierno Rajoy, sino porque el Ministerio Público ya ha recurrido con este argumento las excarcelaciones de Santi Arrozpide y Alberto Plazaola, decretadas por la sala de la AN que sí toma en consideración el mandato europeo.

Hecha la ley, hecha la trampa

La trampa estatal tiene asiento en la reciente Ley 7/2014, que entró en vigor el pasado 3 de diciembre. Se coló a última hora una Disposición Adicional Unica que señala que «en ningún caso serán tenidas en cuenta» para su aplicación «las condenas dictadas por un tribunal de un Estado miembro de la UE con anterioridad al 15 de agosto de 2010».

Con ello se vetaría la práctica totalidad de las computaciones a presos vascos del tiempo pasado anteriormente en cárceles francesas. Hay casi 60 prisioneros pendientes de esta decisión, y en la mayor parte de los casos la aplicación de la norma europea supondría la automática puesta en libertad al haber superado ya el tiempo de condena, como ha ocurrido con Arrozpide y Plazaola.

Resultó significativo que en el orden del día de ayer del Tribunal Supremo se escribiera expresamente lo siguiente: «La Sala Segunda se reunirá en pleno para abordar la liquidación de penas de presos de ETA computando el tiempo de prisión cumplido en otros países de la UE». Y es que de este modo se circunscribe este conflicto a los prisioneros vascos, aunque obviamente se trata de una cuestión general que afecta a cualquier preso que haya tenido sentencias y cumplimientos de prisión en estados diferentes de la Unión.

El Supremo no ha ocultado en ningún momento que considera capital esta cuestión por su impacto político. Y también están resultando muy evidentes las presiones del Gobierno del PP para que asuma sus designios. La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaria, lideró un ataque verbal muy contundente contra la sala de la Audiencia Nacional que liberó a Arrozpide y Plazaola, quebrando así su propio discurso habitual de acatamiento de las decisiones judiciales.

Las cuatro semanas extras otorgadas por el Supremo para decidir sobre el tema hacen probable que estas presiones se intensifiquen aún más.

El PP y Lakua

La línea de discurso del PP se basa en aparcar la cuestión del Derecho y poner en primer plano factores emocionales relacionados con las víctimas de ETA. Así, por la mañana la presidenta del PP en la CAV, Arantza Quiroga, pidió a los jueces del Supremo que «sepan leer e interpretar cuál es el sentir mayoritario de la sociedad vasca y la sociedad española, que es la que necesita justicia».

Para Quiroga, la decisión de excarcelar a Arrozpide y Plazaola resultó «incomprensible», más aún cuando entiende que se tomó «un día antes de la entrada en vigor de la ley que lo hubiera impedido». La líder del PP vasca da así por segura una cuestión que en realidad está a debate en la mesa del Supremo.

Por contra, el Gobierno de Lakua se dirigió al Alto Tribunal español para pedirle que «no ceda a las presiones políticas» y, en palabras del portavoz Josu Erkoreka, «asuma las posiciones más avanzadas y progresistas que vienen de Europa». Erkoreka recordó que antes de esta litigio Madrid ya ha dilatado varios años el momento de trasladar la decisión marco europea (que es de 2010) a su práctica.

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, consideró que «a muchos magistrados les ha sentado mal el `ir y venir' del Gobierno Rajoy» en este tema, sobre todo cuando «no ha sido claro» en su artimaña legal.

Sortu sale a la calle y pide a Europa que marque a Madrid

A la misma hora en que se conocía que el Supremo dejaba el tema pendiente sobre la mesa, en decenas de localidades vascas se realizaban concentraciones de denuncia de esta política penitenciaria, convocadas por Sortu. Por citar algunos datos, reunieron a un centenar de personas en Hernani, 60 en Donostia, 35 en Ermua, 18 en Urduña, 40 en Lazkao, 30 en Ugao, 15 en Abanto, 40 en Amurrio, 12 en Berango... En Oñati tuvo formato de manifestación y reunió a 600 personas, mientras que en Iruñea tomó forma de concentración ante la Delegación del Gobierno español en la Plaza de Merindades, a mediodía.

Tanto Txelui Moreno por la mañana en la capital navarra como Pernando Barrena por la tarde en Donostia incidieron en censurar que «el PP utiliza una política penitenciaria criminal como arma arrojadiza contra la paz» y destacaron la importancia de la movilización social por los presos, que tendrá un nuevo capítulo este sábado de la mano de EH Bildu y posteriormente el 10 de enero con la movilización promovida por Sare en Bilbo.

En referencia a este litigio concreto, los representantes de Sortu acusaron al Gobierno de Rajoy de «utilizar métodos de ingeniería jurídica para alargar el cumplimiento de condena de manera totalmente irregular a los presos vascos». Recordaron que si el Supremo finalmente diera la razón al truco realizado por el PP en las últimas semanas, «se impondría a estos 56 presos dos veces la pena por un mismo delito», una en el Estado francés y otra en el español.

Apuntaron además que es el propio Ejecutivo del PP el que ha creado toda esta situación kafkiana, que se traduce en enfrentamientos internos tanto en el seno de la Audiencia Nacional como en el Supremo. El presidente de Sortu, Hasier Arraiz, consideró en una entrevista a ETB que el PP «ha alimentado durante años y años un monstruo» y ahora «le es imposible asimilar y asumir» que los presos vascos van cumpliendo sus condenas y tienen que salir a la calle.

Apuntó el presidente de Sortu que desde Europa «ya se dio un toque» a Madrid con la anulación de la llamada «doctrina Parot» por parte del Tribunal de Estrasburgo y que en la actualidad se le siguen mandando mensajes «diciéndole que, de una vez por todas, tiene que entrar en la Europa de los derechos humanos, no solo en la Europa económica y política». No obstante, Hasier Arraiz consideró igualmente que es deseable que «mejor antes que tarde» la UE envíe «mensajes más contundentes, más claros y más concisos» al Ejecutivo de Mariano Rajoy. GARA