Una pregunta inicial: ¿Qué hará Podemos si Euskadi vota su independencia dentro del derecho a decidir que ellos pregonan? Yo necesito saber cosas como esta, porque el derecho a decidir es un mínimo. No tengo confianza alguna en las encuestas que se manejan ahora, por dos razones fundamentales: porque no sé quién opera tras estas encuestas y porque ha sido destrozado el mecanismo intelectual de una gran parte de la ciudadanía.

La última muestra del Euskobarómetro da unos resultados, en su proyección actual, que subrayan un triunfo clamoroso para Podemos -lo igualan con el PNV- y un bajón notable para Bildu. Sabe Dios si tal hipótesis no constituirá un toque de atención para que los seguidores del PNV reaccionen debidamente y si lo de Bildu no intentará fraccionar sutilmente a la coalición abertzale. Repito, no sé si los sondeos se hacen para saber o para que se aprenda.

Pero hay algo que creo claro: que la explosión de Podemos se debe a que ofrece una sociedad de mecánica distinta ante unas poblaciones a las que nadie ofrece algo globalmente diferente. Se lucha en el abertzalismo, con nobilísima intención, por recomponer derechos violados, por redimir un pasado de violaciones clamorosas, pero el futuro de la sociedad vasca no es mostrado con elocuencia y claridad. Y vivimos un momento en que necesitamos contemplar la maqueta íntegra del porvenir. Esto es lo que mueve a la calle para acudir al compromiso de las urnas. La gente quiere un compromiso, con sus capítulos puntuales, para alcanzar el horizonte nuevo donde la justicia social y la libertad política constituyan un compromiso firme. Podemos ha elegido ese camino verbal y lo usa a todo trapo aunque luego haya de bajar la escalera deslizándose por el pasamanos ¿Cómo será el futuro? Hablaremos más de esto.