Dirigido por Xabier Artigas y Xapo Ortega y producido por la independiente Metromuster, el documental «Ciutat Morta» no ha pasado desapercibido en su periplo por festivales especializados. En junio de 2013, un grupo de 800 personas ocupó un cine abandonado del centro de Barcelona para proyectar este documental sustentado en tres preguntas claves relacionadas con Patricia Heras, una joven cuyo nombre sirvió para rebautizar el cine ocupado y que se suicidó dos años antes. ¿Quién era Patricia? ¿Por qué se quitó la vida y qué tiene que ver Barcelona con su muerte? Las respuestas fueron filmadas en este contundente documental a través del cual sus autores han querido sacar a la luz uno de los peores casos de corrupción policial en Barcelona. El punto de arranque de «Ciutat Morta» nos ubica en los trágicos acontecimientos que se desencadenaron tras el 4 de febrero de 2006 y al término de una carga policial que tuvo lugar en el centro de Barcelona.

En plena carga, empezaron a caer objetos desde la azotea de una casa ocupada y un policía, que iba sin casco, quedó en coma por el impacto de una maceta. Las detenciones posteriores a este incidente se transformaron en la crónica sufrida por tres jóvenes de origen latinoamericano que, tras ser detenidos y sufrir torturas, fueron privados de libertad durante dos años. Otros dos detenidos aquella noche -Patricia y Alfredo- ni siquiera estaban presentes en el lugar de los hechos: fueron detenidos en un hospital cercano y hallados sospechosos por su forma de vestir.

Patricia Heras, una estudiante de Literatura, fue condenada a tres años de condena en la cárcel y, según revelan los autores del documental, «a parte de destrozar su vida, estos hechos dispararon su productividad literaria que quedó registrada en un blog que tituló de forma premonitoria: Poeta Muerta. Patricia Heras se suicidó durante una salida de la cárcel, en abril de 2011». La emisión de este documental en el espacio de TV3 «Sala 33» y en horario prime time de sábado -22.30 horas-, ha convulsionado por completo internet, a pesar de haber sido emitida una versión incompleta del filme debido a que un juzgado de Barcelona dictó la pasada semana una serie de órdenes cautelares destinadas a eliminar parte del metraje en el que se hace referencia al exjefe de Información de la Guardia Urbana de Barcelona, Víctor Gibanel.

Según han revelado los autores Xapo Ortega y Xavi Artigas, el titular del juzgado 25 de Barcelona considera que las informaciones relativas a Gibanel, impulsor de la denuncia, podrían constituir una violación de su derecho al honor, intimidad personal y familiar y a la propia imagen. Por ello, «ordenó retirar la emisión de cinco minutos del documental en los que aparecía este policía».

La televisión pública catalana comunicó al juzgado que acataría la medida judicial y censuraría la parte en cuestión. El eco de estos episodios se amplificó mediante una intensa campaña de difusión, que con el lema #BajaAlBar, animaba desde Twitter a visionar este documental.