El Ibex amarró ayer su posición sobre los 10.000 puntos. La sesión fue de transición, sin que el desplome del 7,70% en el índice Shangai Composite alterara el pulso de las negociaciones. Los inverores esperan la respuesta a las dos dudas más importantes de las últimas semanas en Europa. Así, se da por hecho que el jueves el BCE apruebe su programa de compra masiva de deuda pública. No es menos determinante el resultado de las elecciones griegas del domingo, máxime si Siryza puede acceder al gobierno. Esta posibilidad ha alertado a los inversores, temerosos de que el partido liderado por Tsipras maniobre para renegociar la deuda y mejorar las condiciones impuestas en el programa de rescate con el fin de aliviar la situación de la mayoría de la población griega. Por tanto, se espera una semana condicionada por ambos factores. Ayer, además, no se contó con la Bolsa de Nueva York al celebrarse el Día de Martin Luther King. El Ibex subió hasta los 10.157,50 puntos, tras anotarse un 1,18%. Los avances de Fráncfort (+0,73%), Londres (0,54%) y París (+0,35%) fueron inferiores. En el Ibex, despuntó Telefónica (+2,34%), impulsado por la posible venta de su filial británica O2 a la china Hutchison Whampoa. Los mejores del día fueron Grifols (+4,93%), Sacyr (+3,18%) y Bankinter (+2,39%). Las acciones de Técnicas Reunidas (-4,81%) sufrieron por una drástica bajada de valoración de un banco estadounidense. En París, Société Génerale, el mejor, ganó un 2,21%, frente a Technip (-1,39%), el más castigado de la jornada.

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