Garbiñe Muguruza accedió por segundo año consecutivo a los octavos de final del Open de Australia, primer torneo de la temporada del Grand Slam, donde se encontrará con la estadounidense Serena Williams, cinco veces campeona. Muguruza superaba ayer a la suiza Timea Bacsinszky en tres sets (6-3, 4-6 y 6-0), mientras Williams también necesitaba tres sets para batir a la ucraniana Elina Svitolina, (4-6, 6-2 y 6-0).

De esta forma se repetirá en las pistas de Melbourne Park el duelo que mantuvieron allí mismo en 2013, saldado a favor de Williams por 6-2 y 6-0, aunque Muguruza se tomaría la revancha el año pasado en otro Grand Slam, esta vez en tierra en Roland Garros, ganando 6-2 y 6-2.

«No necesito pensar en nada, pienso que así funciona», declarón Garbiñe en la pista cuando le preguntaron sobre su plan contra Serena (cabeza de serie nº 1 del torneo, mientras la vasco-venezolana es la 24), considerada por el público como «la reina de la Rod Laver Arena».

«Cuando jugué con ella aquí hace dos años no tenía esa experiencia de ahora y, aunque pareció una paliza, para mí no lo fue tanto», recordaba Muguruza. «El año pasado entré con las ideas más claras, no pensando que era invencible», señaló sobre su victoria en París. «Sí, han sido dos partidos diferentes, pero cada uno es como salga», apuntó, que de ganar otra vez igualaría los cuartos de final de Roland Garros el pasado año, su mejor marca en el Grand Slam.

Muguruza lleva tres victorias seguidas en Melbourne Park, y en las tres ha logrado un 6-0 en el último set, un parcial que ya ha obtenido cinco veces en lo que va de año, en lo que parece subrayar su cambio de mentalidad, más preparada para sufrir y subir de nivel cuando hay que definir, pero sin perder la calma y el respeto.

«Hay que respetar a todas, basta que te creas algo y pierdes 6-0 y 6-1, me ha pasado cada vez que pienso que puedo ganar». Su entrenador, Alejo Mancisidor, apuntaba sobre la cita contra Williams que «siempre es un partido que me gusta porque Garbiñe los afronta bien y será en una pista importante y viene de ganar tres partidos. Creo que a partir de ahora siempre tiene algo que perder y algo que ganar, es decir, la primera ronda es dura, los cuartos son duros, jugar contra Serena es duro, jugar con la 160 es duro, y si no no hay más que mirar los cuadros masculinos y femeninos», explicaba Mancisidor, quien considera que el partido dependerá más de lo que haga su discípula que de si Serena Williams toma el mando.