Quinto título para Djokovic a pesar de su bajón físico
El escocés Andy Murray reconoce que se distrajo con la fatiga que mostraba el tenista serbio.

Novak Djokovic frustró de nuevo al escocés Andy Murray, para derrotarle por tercera vez en la final del Open de Australia y coronarse campeón por quinta vez con una victoria por 7-6 (5), 6-7 (4), 6-3 y 6-0 en tres horas y 39 minutos, ganando los últimos nueve juegos consecutivos.
Murray no aprovechó sus oportunidades en el primer desempate, ni tampoco rematarle cuando parecía hundido físicamente tras ganar el escocés el segundo set. Tras sufrir un mareo, Djokovic apenas lograba tenerse en pie, al borde de la fatiga y extenuación y Murray le dejó escapar y renacer de sus cenizas para lograr su octavo título del Grand Slam, mientras el de Dunblane se desesperaba.
De la boca del escocés salieron alaridos durante todo el partido. Un repertorio, con lanzamiento de raqueta incluido, que reflejaba la gran frustración y desesperación de quien veía como por cuarta vez perdía la final del primer grande de la temporada.
Sin brillantez
No fue una gran final, tan solo hubo tensión en los desempates y emoción por saber hasta donde podía llegar el escocés. En total se rompieron el saque 14 veces, y hubo 89 errores no for- zados. Djokovic hizo 53 puntos ganadores y Murray 41, y el serbio endosó la quinta derrota consecutiva a Murray, al que domina ahora por 16-8.
Djokovic, que lanzó al final su raqueta al público, iguala con 8 Grand Slams a André Agassi, Jimmy Connors, Ivan Lendl, Fred Perry y Ken Rosewall. Todavía está lejos de los 17 de Federer, y de los 14 de Nadal y Sampras. Con su décima victoria consecutiva sobre un jugador situado entre los diez primeros, se convierte en el segundo en la historia en ganar cinco veces el Abierto de Australia, a uno solo del australiano Roy Emerson.
«Mareo momentáneo»
Tras el partido, Djokovic dijo que no llamó al médico del torneo porque no había razón alguna para hacerlo, durante la final, y que únicamente sintió una crisis física contra el británico Andy Murray. «No tenía calambres, solo fue un mareo momentáneo, y perdí el equilibrio esa vez porque no tenía fuerza en los muslos por el tremendo esfuerzo de los dos primeros sets. Me sucedió algo parecido hace dos años aquí y no quería renunciar», señaló el serbio.
«En un partido como este, hay un montón de emociones que aparecen, y es duro mantener la concentración», recordó, «tuve una crisis al comienzo del tercer set, me sentía exhausto», admitió el número uno del mundo.
Por su parte, Murray reconoció que se permitió un error que le costó muy caro, distraerse por el lenguaje corporal de su rival, con evidentes signos de cansancio o lesión. «Está claro que estaba con calambres y permití que eso me distrajera un poco. Y de eso es de lo que estoy más decepcionado, por permitir que eso me pasara», dijo Murray.
«Tuve un gran momento, pero lo dejé escapar, pero Novak ha ganado aquí ya cinco veces, no es una desgracia perder contra él», declaró.

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