GARA DONOSTIA
Tras la victoria de Syriza

Obama sobre Grecia: «No se puede seguir estrujando a países en recesión»

El nuevo Gobierno griego de Syriza emprende la búsqueda de apoyos internacionales con un sonoro e inesperado respaldo desde el otro lado del Atlántico. Barack Obama aboga por otra estrategia europea que evite el ahogo de países como Grecia. Londres también se apunta.

El ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, ejerce de punta de lanza de la búsqueda de apoyos a la renegociación de la deuda con buenas noticias. Si el domingo era su homólogo francés quien afirmaba estar dispuesto a ayudar, ayer era el ministro británico quien admitía lo insostenible de la situación. Pero quizás más sorprendente aún fue la claridad con que se expresó, desde el otro lado del Atlántico, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

En una entrevista a CNN, preguntado por Grecia, Obama dijo que «lo cierto es que no puedes seguir estrujando a países que están en medio de una recesión». «Llega un momento en el que tiene que haber una estrategia de crecimiento que permita que estos países puedan pagar sus deudas y limar parte de su déficit», prosiguió.

Recordó Obama que este debate ha estado omnipresente en su país en los últimos años, dado que los republicanos discrepaban de la estrategia demócrata de incentivos a la economía que se ha mostrado eficaz en términos generales. Por ello dijo estar «preocupado» por lo que ocurre en Europa: «Las reformas estructurales y la prudencia fiscal son necesarias en muchos de estos países, pero en la experiencia estadounidense hemos aprendido que la mejor manera de reducir el déficit es creciendo».

Volviendo a mirar a lo que ocurre en Grecia, Barack Obama consideró que «no hay duda de que la economía griega necesitaba urgentemente reformas, pero es muy difícil iniciar cambios si el nivel de vida de la gente cae un 25%». Y dicho esto sugirió a Alemania y Grecia que se sienten y alcancen consensos, lo que «requerirá compromisos por ambas partes».

En los últimos días, varios economistas galardonados con el Premio Nobel se han posicionado en la misma línea. Es el caso de Paul Krugman, que opina en una carta pública que «Syriza debe ignorar las llamadas a la responsabilidad». Retrotrayéndose al acuerdo con la Troika de 2010, recuerda que se basó en proyecciones que aseguraban que «Grecia podría imponer una dura austeridad que afectase poco al crecimiento y al empleo», pero «lo que realmente ha ocurrido es una pesadilla económica y humana». En consecuencia, cree que Alexis Tsipras debe ir a la mesa de negociación en posición de fuerza, porque «los funcionarios europeos no tienen credibilidad, el programa que impusieron a Grecia no tuvo sentido, ninguna posibilidad de funcionar».

También han reclamado otro punto de partida para Grecia, en un texto conjunto, dieciocho prestigiosos economistas, entre ellos los Nobel Joseph Stiglitz y Christopher Pissarides.

En el ámbito real y ejecutivo, tras pasar por París y recibir el compromiso de colaboración de su homólogo Michel Sapin («Es legítimo que Atenas esté preocupada por la carga que supone la deuda y busque aliviarla»), Varoufakis fue recibido ayer en el número 11 de Downing Street por el ministro británico de Economía, George Osborne. A la salida, el ministro griego no habló esta vez, pero Osborne sí lo hizo y abogó por buscar soluciones: «Está claro que la disputa entre Grecia y la zona del euro se está convirtiendo rápidamente en el mayor riesgo para la economía global», diagnosticó.

En consecuencia, Osborne dijo que había pedido «responsabilidad» a Syriza, pero reconoció a la vez que la eurozona debe tener «un mejor plan para el empleo y el crecimiento».

¿Disolver la Troika?

En las últimas horas cobra fuerza la tesis de que Bruselas pudiera aprovechar la ocasión para disolver técnicamente la Troika formada por Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional. El nuevo Gobierno griego ha adelantado que no piensa considerarla como interlocutor válido, por lo que se quitaría así un obstáculo de en medio. Sin embargo, a su vez Bruselas (y especialmente Berlín) podrían intentar convertir esta maniobra en un cambio de cromos para poner pie en pared en la cuestión del pago de la deuda, con lo que Atenas tendría una victoria formal pero no solucionaría su gran problema de fondo.

La Comisión Europea avanzó ayer que no especulará al respecto hasta conocer con exactitud los planes del primer ministro Tsipras, que se prevé que mañana mismo se reúna con el presidente comunitario, Jean-Claude Juncker. Otra fecha clave del calendario próximo es el miércoles 12, cuando Tsipras participará en su primera cumbre europea, en Bruselas.

Mientras París, Londres e incluso Bruselas abren su posición ante el nuevo Gobierno griego, Alemania no está dispuesta a ninguna concesión de partida. El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, apuntó en una entrevista a la agencia Reuters que «queremos que Grecia continúe por este exitoso camino por el interés de Grecia y los griegos, pero no aceptaremos cambios unilaterales en el programa».

Accionistas de Bancos

El portavoz del Gobierno, Gabriil Sakelaridis, recalcó que el Ejecutivo no tiene la intención de emprender ningún movimiento que pueda perjudicar a los accionistas de los bancos, ni tampoco de incluir a cargos de Syriza en su dirección.

Gran temporal

El fin de semana ha sido complicado para Tsipras, por un temporal que ha provocado inundaciones «sin precedentes» en algunas zonas. El puente de Plaka, de gran valor histórico, ha quedado muy afectado pero se prevé reconstruirlo.

Tsipras da prioridad a sus socios de la UE y no contempla pedir ayuda a Rusia

Todos los gestos del nuevo primer ministro griego, Alexis Tsipras, se miran con lupa, y tras el rechazo expresado a nuevas sanciones contra Rusia por el caso de Ucrania ayer fue preguntado directamente sobre si contempla pedir ayuda económica rusa. Tsipras lo descartó, al menos por el momento. Ocurrió durante su primer viaje oficial al extranjero, a la vecina Chipre, destino que eligió siguiendo la costumbre marcada por antecesores en el cargo.

«Estamos inmersos en negociaciones importantes con nuestros socios en Europa y con aquellos que nos han dado préstamos. Tenemos obligaciones con ellos», respondió Tsipras ante tal posibilidad. «Ahora mismo, no tenemos otras cosas sobre la mesa», añadió. La hipótesis de la ayuda rusa queda alimentada por la creciente convicción de que el Gobierno griego no pedirá la ampliación del programa de rescate el 28 de febrero, dado que le ataría las manos para demandar la renegociación de la deuda.

Tsipras continuará hoy con una serie de visitas al extranjero. Tiene previsto reunirse con el primer ministro italiano, Matteo Renzi, una de las principales voces de Europa que piden poner fin a las rígidas medidas de austeridad.

Mañana tiene en su agenda entrevistarse con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el presidente francés, François Hollande, aunque todavía no tiene fecha para reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel, que será la cita más esperada. Los dos líderes sí coincidirán con toda seguridad en la cumbre europea de la próxima semana.

A pesar de las reticencias de Alemania, Tsipras ha dicho que el debate en Europa está cogiendo ritmo y cada vez hay más apoyo a la idea de un cambio de dirección.

Entre tanto, la canciller alemana tampoco se queda parada. Ayer trascendió que Angela Merkel ha reiterado su rechazo a una quita de la deuda griega en una conversación telefónica con el primer ministro italiano, Matteo Renzi, según informó un portavoz del Gobierno alemán. La conversación tendría carácter preventivo ante la reunión Renzi-Tsipras de hoy.

Merkel está, según la misma fuente, abierta al diálogo con Tsipras, pero a partir del principio de que no puede haber apoyo financiero sin que el país que lo reciba asuma «compromisos», palabra realmente traducible por recortes y austeridad. GARA

Referencia para el PP

Unir a Grecia y Podemos se ha convertido en leit-motiv para los dirigentes del PP. Iñigo Méndez de Vigo denunció ayer que en la marcha del sábado en Madrid había banderas griegas, y el alavés Javier de Andrés ve afán de convertir al Estado español en otra Grecia.