Este fin de semana cerca de 900 personas tendrán que salir a la carretera para poder abrazar durante unos minutos a sus seres queridos, presos en prisiones españolas y francesas, a cientos de kilómetros de Euskal Herria. Pese a que el pronóstico anuncia nieve y hielo, familiares y amigos viajarán «obligados» hasta los lugares más recónditos de la península ibérica para ver a sus allegados. «Y decimos `obligadas', porque así es si queremos ejercer ese derecho», destacaron ayer Idoia Martínez de Lahidalga y Pilar Rodríguez, integrantes de Etxerat, que padecen en primera persona las medidas de excepción impuestas por Madrid y París.

En una rueda de prensa ofrecida junto a una céntrica gasolinera de Gasteiz, afirmaron que la «maldita dispersión» condiciona el día a día de los familiares, quienes, pese al temporal, este fin de semana realizarán «largos y duros viajes» para poder no perder su «única visita mensual». «Este el castigo que se nos aplican», destacaron antes de recordar que, de los 461 presos y presas, solo cuatro están en cárceles vascas. El 76% se encuentra en prisiones situadas a más de 500 kilómetros de Euskal Herria, y muchos están prisioneros en cárceles situadas en Puerto de Santa María, Algeciras y Bapaume. Las personas que se desplazan hasta estas prisiones hacen, entre el camino de ída y el de vuelta, más de «2.000 kilómetros en un fin de semana plagado de riesgos».

«Viajar en estas condiciones -en alusión al temporal- es muy duro y peligroso. Pero no tenemos más opción», señalaron las representantes de la asociación, que dejaron una cosa bien clara: «Es nuestra la decisión de viajar, pero la responsabilidad de que nosotros salgamos a la carretera es política. Porque la dispersión es un castigo político a los presos y a nosotros, a los familiares». «Saldremos a las carreteras porque no tenemos más opción. Porque vulneran, porque pisotean nuestros derechos. Porque hay quienes todavía defiende esta violencia. Defiende que tengamos que sufrir, que nos tengamos que jugar la vida para poder visitar a nuestros familiares. Quieren castigarnos porque les queremos», añadieron.

Algunos viajarán en autobús hasta Andalucía, otros se desplazarán en la nueve furgonetas de Mirentxin Gidariak, y muchos echarán mano de su vehículo privado. «Somos unas 900 personas, expuestas a cualquier siniestro. Por un decisión política. Por venganza», señalaron.

#DispertsioaSTOP

Pese al peligro, los allegados de los represaliados tienen «muy claro» lo que supone quedarse en casa, lo que supone renunciar a la visita. «Por eso queremos enviar un abrazo y un beso a nuestros amigos y familiares que están en la cárcel, preocupados de si llegaremos o no llegaremos. Un beso a los que decidan salir y acudir a las visitas. Y un abrazo, a los que se quedan en casa, atentos al teléfono, a la espera de recibir el mensaje de que hemos llegado sin problemas», manifestaron tras hacer un llamamiento a extremar las precauciones.

A este respecto, animaron a los familiares a consultar las páginas web meteofrance-com, trafikoa.net e infocar.dgt.es para conocer el estado real de las carreteras antes de iniciar el viaje. Además, Etxerat ha creado dos cuentas de correo electrónico (asistentziaesp@etxerat.eus y asistentziafr@etxerat.eus) para que la ciudadanía pueda dar parte de las incidencias registradas durante el viaje. Asimismo, la asociación ha creado los hastags #DispertsioaSTOP y #BSQsHumanRigths para que las personas que así lo deseen puedan colgar comentarios, videos y fotos. «Que cada persona elija, pero tenemos que denunciar la dispersión para terminar con ella», explicaron en euskara y castellano las dos mujeres, que aprovecharon para narrar el dolor y el sufrimiento provocado por esta medida de excepción.

Así, recordaron que, durante los últimos 25 años, la política de dispersión ha dejado 16 víctimas mortales, la última de ellas la gasteiztarra Natividad Junco, fallecida en 2007.

«Han transcurrido siete años desde entonces y para nosotros nada ha cambiado. La dispersión sigue activa, vulnerando derechos, y nosotros seguimos jugándonos la vida cada fin de semana ante la pasividad de los partidos políticos y la inacción del Gobierno vasco», criticaron.

También recordaron que el año pasado la dispersión provocó diez accidentes. El suceso más grave tuvo lugar en setiembre, cuando familiares de Ugaitz Pérez, encarcelado en Castelló, resultaron heridos en un accidente registrado en la AP-68, a la altura de Tutera. Jone Artola sufrió fractura de huesos y costillas, y tuvo que ser trasladada en ambulancia a Bilbo. Además, como consecuencia de este siniestro, falleció uno de los ocupantes del otro coche implicado, una mujer embarazada de 31 años.

«Estos accidentes, ante los cuales los partidos no estuvieron a las alturas, tienen responsabilidad política. Estos accidente ocurren porque se vulneran sistemáticamente nuestros derechos humanos. ¿Dónde están las palabras de los partidos ante estos hechos?, ¿Dónde sus acciones anhelos accidentes y los heridos? Estos accidentes no son casualidad; son una causalidad», subrayaron.

Las integrantes de Etxerat reclamaron, una vez más, el fin de la política de dispersión, así como de todas las medidas de excepción aplicadas. «¿Hasta cuándo vamos a tener que estar jugándonos la vida cada fin de semana?, ¿Qué más tiene que ocurrir para que terminar con las vulneraciones de derechos humanos sea el primer objetivo de las agendas políticas? Desactivemos ya la violencia de dispersión», indicaron antes de partir a visitar a sus familiares y amigos.

El lunes GARA publicará un amplio reportaje en el que se recogerán los relatos de las personas que han decidido desafiar a la nieve y al hielo para poder pasar unos minutos en compañía de sus seres queridos, encarcelados a centenares de kilómetros de su hogar.