Maider IANTZI DONOSTIA
Estudio del Instituto Vasco de Criminología

La investigación de la tortura en la CAV registra ya 3.587 denuncias

En los comienzos del estudio de la tortura en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, encargada por Lakua y que coordina Paco Etxeberria, se ha elaborado un primer censo individualizado, de 3.587 casos. Se trata de casos de denuncia judicial o pública. El proyecto, en fase de recopilación, no ha entrado aún a valorar su veracidad, tampoco a hacer interpretaciones.

El objetivo de «La Investigación de la Tortura en Euskadi: 1960-2010» es desvelar la incidencia real de este fenómeno en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa en estos 50 años y luego establecer las conclusiones en materia de reconocimiento, reparación y prevención que pudieran tener lugar. El equipo que coordina Paco Etxeberria entregó ayer al secretario de Paz y Convivencia de Lakua, Jonan Fernández, esta primera parte del estudio, que a su vez será remitido al Parlamento de Gasteiz.

Esta primera etapa de la investigación se ha desarrollado entre marzo y diciembre de 2014. El resultado concreto se traduce en la elaboración de una base de datos individualizada o censo que permite cuantificar las denuncias, sin entrar aún a valorar su veracidad, por lo que los datos no son definitivos. La información presentada ayer corresponde al 31 de diciembre. Desde entonces, tal y como constató el médico forense, se están registrando nuevos casos de torturas a diario. En esa línea, explicó que cada persona puede tener su tiempo, que hay quien se ha quedado sicológicamente afectada y que no ha podido contarles lo vivido a sus hijas e hijos. Por eso, declaró que en 2015 se incorporarán con total seguridad nuevos testimonios.

El coordinador aprovechó la presentación para hacer un llamamiento a las personas que hayan sufrido malos tratos para que aporten su testimonio al Instituto Vasco de Criminología (943 01 83 81 o torturaproiektua.ivac-krei@ehu.es).

Según apuntó el secretario general de Paz y Convivencia, está previsto que el estudio íntegro esté finalizado para setiembre de 2016. A día de hoy tienen recopilados en la base de datos 3.587 casos denunciados, de los cuales 1.183 provienen de fuentes primarias, es decir, han sido ratificados por los afectados. De ellos, en 56 casos, además, se han grabado los testimonios en vídeo.

3.587 denuncias, 20 sentencias

De las 3.587 denuncias documentadas, han sido analizadas de momento 2.820. De estas, 2.394 torturados son hombres y 426 mujeres; en 1.319 casos el denunciado es la Policía Nacional, en 1.174 la Guardia Civil y en 271 la Ertzaintza. 474 casos ocurrieron en los 70; 914 en los 80; 687 en los 90 y 540 en la década de 2000.

Las labores realizadas en esta parte de la investigación han consistido, por una parte, en la recopilación y análisis de la documentación disponible: 140 informes (locales e internacionales con carácter institucional: de Amnistía Internacional, del Comité de Prevención de la Tortura del Consejo de Europa, del Comité de la ONU contra la Tortura o del Ararteko) y 20 sentencias firmes (31 víctimas y 49 personas condenadas). Además, se han consultado y contrastado diversas fuentes, como asociaciones ciudadanas, abogados, fiscalía, médicos y agentes del ámbito policial y judicial.

Se ha iniciado un proceso de ratificación de los casos denunciados con las personas afectadas y otro de recogida de testimonios directos. Por último, se ha establecido un Protocolo Pericial para la investigación de la fiabilidad de los casos.

Jonan Fernández comentó que organizaciones internacionales les piden a las instituciones que traten con una especial atención el tema de la tortura, ya que «muchas veces la vía judicial no es suficiente» para abordar la cuestión. En el caso de la CAV, la figura del Ararteko tiene una autoridad particular, puesto que los casos de malos tratos «son muy difíciles de probar», entre otras cosas, porque «se practican en espacios donde no hay control».

Clarificar el pasado

El secretario general de Paz y Convivencia remarcó que con este estudio Lakua está cumpliendo con esos mandatos y recomendaciones de las instituciones internacionales de derechos humanos en relación con la tortura; también con «un compromiso ético y democrático firme con todos los derechos humanos. Cumple con el Plan de Paz y Convivencia y con uno de sus ejes básicos: la clarificación del pasado».

Explicó que la finalidad del proyecto es intentar saber qué ha ocurrido con el tema de la tortura, ya que consideran que es «un eje importante» en el camino de aclarar el pasado. «Lo que queremos es decir científicamente: `Esto es lo que ha ocurrido'. Luego extraeremos las conclusiones: políticas, judiciales...», señaló.

Con este objetivo, el Gobierno de Lakua encargó en marzo de 2014 esta investigación a un equipo profesional coordinado por Paco Etxeberria y compuesto por tres expertos de distintos ámbitos: Benito Morentín (Doctor en Medicina, especialista en Medicina Legal y Forense y médico forense titular), Carlos Martín Beristain (Doctor en Medicina, médico especialista en Sicología de la Salud) y Laura Pego (Licenciada en Derecho, especialista en Criminología e investigadora del Instituto Vasco de Criminología).

El 28 de junio fue presentado el diseño y la metodología del proyecto y fue remitido al Parlamento de Gasteiz y al Comité de Prevención contra la Tortura del Consejo de Europa. Estas conclusiones de la primera parte de la investigación también han sido puestos a disposición de ambas instituciones.

Después de la primera etapa, la que corresponde a la cuantificación de las denuncias, procederán a la verificación de las mismas, mediante la investigación de 200 casos representativos y la realización de un estudio cualitativo, narrativo y específico de 40 casos emblemáticos. Por último, tratarán de extraer conclusiones y recomendaciones y redactarán el informe final.

Valoraciones

La jurista Laura Pego anunció que cuando terminen la fase de recogida y análisis entrarán a valorar y a interpretar los datos. Por ejemplo, analizarán la dificultad de probar los malos tratos y la falta de investigación.

Nuevos casos

Los datos ofrecidos ayer son del 31 de diciembre. Desde entonces se están incorporando en la base nuevos casos día a día. Hicieron un llamamiento a las personas que han sufrido tortura para que aporten su testimonio.

Testimonios variados, desde sacerdotes a abogados

En la presentación de la primera fase de la investigación, que tuvo lugar ayer en Donostia, el coordinador Paco Etxeberria y la jurista Laura Pego sintetizaron el trabajo realizado desde marzo de 2014 en el proyecto «Investigación de la tortura en Euskadi entre 1960-2013».

Indicaron que la tarea principal ha consistido en la búsqueda y recuperación de toda cuanta documentación pudiera existir al respecto, por una parte la información general (toda la documentación generada con carácter institucional en distintas instancias, locales e internacionales, así como los trabajos publicados) y por otra, la información de casos concretos. Para este último apartado se ha realizado un base de datos que establece un perfil individualizado de los casos, así como otros dos específicos en sus consideraciones de alcance médico-psicológico y de carácter judicial en los trámites seguidos.

Ambas cuestiones son lo esencial de la investigación que se pretende y para ellos el archivo cuenta con tres espacios en donde se añaden los elementos de prueba en su dimensión testifical, documental y pericial, cada uno acreditado con la documentación necesaria.

Esta base de datos ha sido registrada oficialmente y el proyecto ha sido avalado por el Comité de Ética de la UPV-EHU. Tiene ya 3.587 casos documentados. La información procede de las personas afectadas que han contactado con el Instituto Vasco de Criminología, además de 40 abogados y colectivos.

Tomando para la definición de «tortura» la propuesta de la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, de 1984, están haciendo una recopilación de testimonios de lo más variado, que va desde sacerdotes a empleados de banca, pasando por abogados, profesores o ingenieros de industria. Como dijo Etxeberria, hay ejemplos de personas que casi no tienen documentación pero que quieren relatar lo sufrido y otros que tienen muchísima documentación, como un sacerdote que ya ha fallecido y que ha dejado un voluminoso cuaderno para que no se pierda su testimonio.

Con este cuaderno en la mano, el médico forense informó de que están escaneando la información para introducirla en la base de datos y completar así el trabajo de la manera más objetiva posible. Contó que este sacerdote torturado en 1981 se preocupó de recoger toda la documentación, desde recortes de prensa hasta las amenazas de muerte que recibió por denunciar torturas.

El testimonio directo no es posible en todos los casos y también han entrevistado, por ejemplo, a viudas de torturados o a personas que, sin recordar nombres, tienen vivo el recuerdo de cuando estaban en prisión y vieron entrar a detenidos con visibles muestras de malos tratos. Son testigos, al igual que los letrados que atendieron a torturados. Según Etxeberria, es información difícil de rescatar pero que están teniendo en cuenta. M. I.

Lakua y Parlamento

El equipo coordinado por Paco Etxeberria ha remitido esta primera parte de la investigación a Lakua, así como al Parlamento de Gasteiz. Se puede consultar la información en la web del Gobierno, «www.irekia.euskadi.net».