Gontzal F. Astorki
RUGIDOS ROJIBLANCOS

Un rayo de esperanza

Como tampoco es cuestión de ponerse digno a estas alturas de temporada tal y como están las cosas, que las matemáticas no engañan, la victoria del domingo supo a gloria. Por la imperiosa necesidad, por el momento en que se produjo y por la importancia de que la plantilla interiorice que además de querer, pueden.

Es lo mejor de la semana deportiva, haber logrado tres puntos vitales en Liga y tener el pase europeo más que asequible. Y sí, con un fútbol más bien primario, a base de insistencia, de más corazón que cabeza, el Athletic se impuso al Rayo porque, a su manera, buscó la victoria hasta conseguirla, nuevamente por medio de Aduriz, el mayor exponente del equipo, un batallador nato que peleó contra los elementos -y para elemento entre elementos, el inefable Borbalán-, que se remangó como siempre y que no cejó en el empeño hasta el pitido final. En pleno mes de febrero, con el calendario plagado de citas, el equipo se reivindica en una semana esperanzadora. No porque se haya hecho nada del otro mundo, pero viniendo el equipo de donde viene, cualquier avance, por pequeño que sea, es bienvenido.

El empate en Turín, con un equipo que tras volver a dar señas desesperantes de no saber administrar la ventaja consiguió volver con la eliminatoria viva para la vuelta tras firmar unos minutos finales aceptables con un once plagado de meritorios, sirvió para afrontar el encuentro frente al Rayo con dosis más altas de autoestima. Porque ni la plantilla es tan corta como el entrenador se ha empeñado en evidenciar con sus decisiones y porque existe más calidad y capacidad de competir de la que trasciende de las alineaciones. Pero todo comienza por elevar el listón competitivo, por no hablar de tirar nada y por hacer una gestión de la plantilla que reparta minutos, oportunidades y apuestas. Porque en este Athletic las diferencias, salvo contadas excepciones, no son abismales. Veremos si tras esta semana llega, por fin, el punto de inflexión necesario, ese que tan solo llegó a avistarse en noviembre. La afición lo espera, por eso el domingo salió, además de con tres puntitos más en el zurrón, con ganas de aferrarse al rayito de esperanza.