Pese a que su entrada en la convocatoria le daba posibilidades, su presencia en el césped de El Madrigal supuso una gran sorpresa. No en vano Manu del Moral, operado apenas 18 días antes, había reconocido antes de viajar que los huesos del pómulo fracturado no habían soldado completamente todavía. Pero viajó y jugó. Y además convenció. Hasta el punto de convertirse en uno de los futbolistas destacados del choque. El domingo quiere repetir y, lógicamente, espera que, además, esta vez sea para celebrar la victoria.

«Gracias a la máscara podía arriesgar. Los especialistas me dijeron que podía y, con las ganas que tenía de jugar, decidí arriesgar», explicó el delantero, que reconoció haber «notado» las tres semanas de parón, «sobre todo la primera, que con la anestesia y la operación anduve un poco despistado», pero no más de la cuenta. «Me sentí bien, al nivel del equipo».

Un equipo al que también vio «bien, dando la cara ante un rival complicado. Nos salió lo que habíamos trabajado durante la semana, aunque al final una jugada aislada nos complicó el partido. Pero el equipo, como en el partido anterior, ofreció otra imagen. A ver si este domingo podemos refrendarlo consiguiendo la victoria», deseó. Se le resiste, de momento, en esta segunda vuelta al Eibar. Pero por muy llamativo que sea el bache de resultados que sufren los azulgranas, a Manu no le sorprende. Cree, de hecho, que «todos, los jugadores y fuera, hemos estado viviendo en una burbuja. Pero nuestra realidad es la que estamos viviendo ahora, con el descenso más cerca, costándonos sacar los puntos... Es la realidad que nos toca vivir y que nos tocará seguir viviendo porque hay mucha competencia y los equipos aprietan cada vez más. Nos va a costar trabajo todavía», auguró.

El delantero, en cualquier caso, no quiere pasar la frontera del realismo para caer en el pesimismo. Se muestra confiado en las posibilidades del equipo y recuerda que «tenemos 27 puntos. Esos puntos nos tienen que servir para saber que podemos conseguirlos y cómo podemos conseguirlos». Tendrá que ser haciendo las cosas mejor que en esta segunda vuelta, cuando «no las hemos hecho bien», aunque el jugador se anima al recordar que «en estos dos últimos partidos lo hemos hecho mejor». El futbolista andaluz, además, y pese a reconocer que «cuando los resultados no acompañan es normal que aparezcan algunas dudas y que se note en el plano anímico», cree que la plantilla cuenta con una gran virtud para salir adelante. «Este es un equipo equilibrado. No se viene arriba cuando gana y tampoco abajo cuando le va peor, se muestra equilibrado al margen de cómo vayan las cosas y ese equilibrio es muy importante», destaca.

Pero eso vale de poco si no juega mejor y, sobre todo, empieza a sumar de nuevo. El primer paso, en opinión de Manu, ya lo ha dado. El segundo espera darlo este domingo, en un partido «especial, sobre todo para la afición, porque a nosotros realmente lo que nos importa son los tres puntos». Pese a ese planteamiento más pragmático, reconoce que se trata de un encuentro atractivo. «Al final es un partido histórico, para el club y para la ciudad. Y no hay mejor escenario que aquí en casa. Se da todo para intentar que el día salga redondo».

Intentará evitarlo un Athletic al que el jienense no considera un rival directo «aunque ahora estemos empatados a puntos. Nosotros tenemos claro que nuestro objetivo es la permanencia y no creo que ellos se estén planteando eso». Sobre todo tras los últimos resultados, que parecen haber animado a la escuadra vizcaina. «Le está saliendo una temporada bastante irregular en Liga pero en Europa y en Copa lo está haciendo mejor y además en los últimos partidos se ve una clara mejoría, en Turín logró un resultado importante... -recordó-. De todas formas, esté el rival más arriba o más abajo, en Primera es complicado ganar cualquier partido. Si vienen de tener un buen resultado será más difícil pero nosotros tenemos que tener confianza en nosotros».

Y estar preparados para pelearlo todo. Porque si algo destaca del Athletic Manu, que se ha enfrentado a los rojiblancos unas cuantas veces, es que «los partidos contra ellos duran 95 minutos. Es un equipo con mucha casta que lucha hasta el final. Y además tiene grandísimos jugadores. Está siendo un año irregular y quizá se les tiene menos en cuenta pero en cualquier momento sacan su fútbol».