Mikel INSAUSTI
CRíTICA: «Samba»

Comedia intercultural con historia de amor interracial

Fue elegida en Donostia para la sesión de clausura, cometido con el que cumplió dignamente, gracias a que el cine europeo comercial se preocupa más por los temas sociales, y da igual que lo haga de forma amable y populista. Hubo quien se sintió molesto con «Samba», al considerarla una mera prolongación del éxito internacional que Nakache y Toledano habían conseguido previamente con «Intocable», pero nadie les puede culpar de intentar aprovechar el tirón de aquella creación tan llena de humor y vida a la hora de desdramatizar los problemas derivados de la inmigración.

De acuerdo en que el trasfondo de las diferencias de clase entre nativos y extranjeros procedentes del tercer mundo es el mismo, pero si entonces se trataba de una historia de amistad entre un burgués blanco y su cuidador de origen africano, ahora el protagonismo argumental lo toma una historia de amor entre una burguesa blanca y un «sin papeles». La conexión emocional entre el elemento rico y el probre es por lo tanto distinta, ya que es de sobra sabido que en la relación romántica se sufre más.

El hermanamiento existente entre los dos personajes antagónicos de «Intocable» se basaba en la búsqueda común de la libertad, porque el más acomodado padecía una discapacidad física que le limitaba y le llevaba a comprender las barreras que su nuevo amigo superaba mediante una filosofía vitalista y alegre. En el caso de la pareja de «Samba», les une el ansia de justicia, más evidente por parte de quien padece una situación ilegal que intenta regularizar para poder trabajar y así encontrar un modo de subsistencia. Aunque ella no se ve tan apremiada, decide dejar su estresante trabajo de ejecutiva para dedicarse a los demás y ayudar a quienes lo necesitan a través de una ONG.

Los que prefieren ver en todo esto una absoluta falsedad, mala conciencia e hipocresía a favor de la corrección política y la interculturalidad de salón están en su derecho. Yo me creo la película.