Eñaut Barandiaran
RUGIDOS ROJIBLANCOS

Soñadores

Hubo un tiempo, en apariencia tan lejano, en el que algunos soñábamos con una pareja de medios centros Iturraspe y Beñat. Éramos gente soñadora, de los de otro medio campo es posible. El tiempo, la realidad, las lesiones y los continuos desengaños nos han ido apagando. Soñábamos con un medio campo de terciopelo, y hemos terminado con uno de granito. Mikel Rico y San José son otra cosa. Ni mejor ni peor, para gustos están los colores, simplemente distintos. Del primero ya conocíamos sus cualidades, y el segundo se ha asentado en una posición para la que parecía predestinado, pero para la que necesitaba partidos y galones. Corren, barren, pulen, limpian y abrillantan durante los noventa minutos. Motor diesel y fiabilidad alemana para no doblar el espinazo ante nadie. Del juego, que diría Rajoy, ya tal. Ante el Eibar sostuvieron a una tripleta de medias puntas y delantero inédita. El Athletic rotó, en parte pensando en Barcelona, y en parte porque había parte de guerra pendiente del jueves, y aun así fue superior a su rival de principio a fin, e incluso uno de los damnificados del partido ante el Torino, el capitán con mayúsculas, Carlos Gurpegi, marcó el gol.

No fue una victoria brillante, pero tuvo un signo positivo evidente: el equipo encadena dos victorias seguidas en Liga, y ante rivales directos, habiendo jugado entre semana. A eso se le llama madurez. Un concepto inédito asociado al Athletic. Una sensación nueva, un orgullo similar al que debe sentir un padre cuando su hijo adolescente le dice un sábado por la noche que va a salir solo un rato porque el domingo tiene que estudiar, y por primera vez, vuelve antes de medianoche oliendo a kebab en lugar de hacerlo a las seis de la mañana con una peste insoportable a cannabis y kalimotxo.

En el catálogo de buenas noticias caben mencionar dos más: la primera es que da la sensación de que el Athletic ha encontrado media punta en la figura de Iker Muniain. Liberado de la banda, su caracoleo ha encontrado, por fin, la verticalidad que necesitaba. Ha dejado de ser retórico, para ser una preocupación constante para defensa y medio campo rival. La segunda gran noticia es que algunos ya empezamos a soñar con una delantera de futuro Williams y Guillermo. Otra delantera es posible. Que el tiempo, la realidad, las lesiones y los continuos desengaños no nos vayan quitando esa ilusión.