Sonriente, relajado -bromista su jefe de prensa- así compareció Ernesto Valverde en sala de prensa para responder a la primera pregunta de si el grupo está ilusionado. «Sí, es una oportunidad preciosa para nosotros, importante para el club», deslizó, para insistir en que «estamos aquí para jugar partidos de este tipo» y, sobre todo, «intentar que toda la gente que está detras de nosotros pueda vivir una final más, darles una alegría».

Llegado a este punto, el técnico tiene claro que no importan ya cansancios, ni dolores, ni partidos acumulados ni las pocas horas de descanso. «No estaremos tan descansados como ellos, pero lo que está en juego te hará ir adelante. Una semifinal es mejor que los médicos», apuntó, aunque «partamos en desventaja» por el marcador de la ida. No obstante, Txingurri defiende que «se trata de conseguir un gol para al menos igualar y a partir de ahí... Tenemos que ceñirnos a una manera de jugar y está claro que habrá momentos en que hay que arriesgar». Lo que sí tiene claro es que «no creo que sea un partido de dominio de alguno, se trata de guardar la ropa y aprovechar las opciones», dibujó lo que puede ser el devenir del encuentro.

Un choque competido, con reservas por no querer encajar un gol, ante un Espanyol muy preparado y mentalizado para este día. La empresa es tan ilusionante como complicada, pero Valverde lo tiene claro: «Ponerlo todo y que salga el sol por donde tenga que salir». Para él, asintió, sería especial jugar una final con el Athletic, aunque lo que tiene claro es que «una final no justifica una temporada, la temporada es todo, desde que empiezas hasta que terminas».