Las instituciones antes conocidas como Troika -Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI- y Grecia comenzaron ayer las negociaciones sobre los detalles de las reformas propuestas por Atenas y aceptadas por el Eurogrupo para conseguir la prórroga de la ayuda financiera durante los próximos cuatro meses. Lo hicieron en Bruselas, lo cual ya es toda una novedad, pese a que los burócratas seguirán viajando a Atenas, como bien se encargaron de dejar claro los grandes medios en los días previos.

Pese a la poca información que trascendió ayer, se supo que los negociadores de ambos lados tuvieron encima de la mesa las reformas prometidas por Grecia, entre otras, en materia de lucha contra la corrupción y mejora de la eficiencia de la Administración Pública. Unas reformas sobre las que las instituciones han reclamado más detalles durante los últimos días, en los que se ha elevado la presión verbal hacia el Ejecutivo de Atenas.

Los acreedores también demandan más detalles acerca del verdadero estado de la economía griega y sus necesidades financieras en un mes en el que debe afrontar el pago de 1.200 millones de euros al Fondo Monetario Internacional y la refinanciación de 2.900 millones de letras que vencen. Dinero que Atenas no tiene, tal y como se desprende de la petición de 555 millones de euros al Fondo Heleno de Estabilidad Financiera.

En manos de las instituciones

Una espada de Damocles sobre el Gobierno griego, que queda a expensas de las instituciones. En su mano tienen ahora hacer honor al acuerdo alcanzado a finales de febrero y evitar el impago de Grecia, que hasta ahora viene cumpliendo con su parte.

De hecho, para poner negro sobre blanco en algunas de las reformas, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, se reúne hoy en París con el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría, con quien acordó diseñar conjuntamente la reforma de la Administración Pública.

Un acuerdo por cierto bendecido por el Eurogrupo, que sin embargo mantiene la línea dura de los últimos días y se niega a adelantar ningún fondo a Grecia hasta conocer los detalles de las reformas prometidas.