Tal y como adelantó el representante de Rafa Páez, todavía hay dos posibilidades, aunque mínimas, de que el jugador pueda vestirse de corto. Y el Eibar anunció ayer que va a probar con las dos, la interposición de un recurso de amparo y la solicitud de la concesión cautelar del tránsfer del defensa, en ambos casos ante el Tribunal de Justicia Deportiva (TAS).

Álex Aranzabal, que compareció en rueda de prensa junto al propio Páez, el secretario técnico Fran Garagarza y la directora financiera del club Patricia González, admitió que el Eibar acude a estos dos últimos frentes con total convicción pero escaso optimismo. «Tenemos pocas esperanzas, esa es la verdad», confesó, pero aseguró que «lo hacemos por una cuestión de principios, porque creemos que es lo que hay que hacer, y por convicción, porque estamos convencidos de que la verdad nos asiste».

Esa verdad no es otra que el error cometido en la tramitación del tránsfer. En el club se escudan en la involuntariedad de ese error, evidente al analizarse toda la documentación, para rebelarse ante la sentencia de la FIFA, a todas luces excesiva y que, además, se ceba en la parte más inocente de toda la operación, el futbolista que, si no lo remedia el TAS, no podrá volver a vestirse de corto esta temporada. El presidente azulgrana incluso mostró ayer pruebas gráficas de los diferentes trámites realizados el pasado 30 de enero, de los que parece difícil decducir que hubiera intención alguna de engaño. Correos electrónicos con el acuerdo entre clubes, alta de Páez en la Seguridad Social, transferencia al Liverpool -donde, según explicó Aranzabal, se ha entendido la situación- e incluso la solicitud del TMS a la FIFA por parte de los dos equipos. El documento en el que reside, precisamente, la raíz del caso, ya que el club inglés hizo constar en el suyo que recibiría 35.000 euros por la operación, mientras en el del Eibar, pese a acompañarse de documentación que corroboraba ese abono, la casilla marcada por error indicaba que la operación no suponía coste alguno.

El 2 de febrero la FIFA hizo saber de la anomalía al club armero. Se subsanó pero dos semanas después la respuesta del organismo internacional era contundente, no había tránsfer. El Eibar recurrió entonces al Juez Único de la FIFA pero la respuesta de este, conocida el pasado viernes 6 de marzo, fue similar. Ahora solo queda el recurso al TAS. Los abogados del club, con plazo hasta el 27 de marzo, ya trabajan en esa vía.

Páez, tranquilo

El mayor perjudicado es, obviamente, Rafa Páez, que ayer comparecía por primera vez en público. El oriolano explicó ayer que trata de vivir esta situación «con tranquilidad, limitándome a hacer mi trabajo, que es entrenar y apoyar al grupo desde fuera. No puedo hacer más».

El defensa seguirá entrenando con el Eibar -quién sabe si jugando aunque no se esperan resultados, buenos o malos, de las gestiones en el TAS antes de un mes-, algo que él mismo ha solicitado al Liverpool «porque para dos meses y medio de temporada que quedan lo prefiero. Me he integrado, incluso tenía algún amigo en la plantilla, y estoy trabajando bien aquí».

Algo que ratificaba Fran Garagarza. «Es una pena -lamentó-. Con todo lo que puso de su parte para venir y viendo su comportamiento. Hay que agradecerle cómo trabaja, incluso realiza trabajo específico, cómo se ha integrado... la valoración de los técnicos es muy alta».

Si el principal perjudicado es, obviamente, Páez, al Eibar tampoco le ha sonado a chiste lo sucedido. Con una plantilla no demasiado larga, sin equipo filial al que recurrir y con solo tres centrales tras la marcha de Raúl Albentosa, la necesidad del fichaje es más que evidente. «Para nosotros todos los detalles son importantes-recuerda el secretario técnico-, todas las posibilidades que pueda tener el entrenador ya son pocas. ¿En qué porcentaje nos perjudica? Es difícil decirlo, pero el contratiempo existe, el daño es importante, sobre todo porque es el jugador que queríamos, que cumple con el perfil que queríamos», se lamentaba.

El Eibar, al menos, tiene la posibilidad de recurrir al mercado todavía. Aunque no en las condiciones que desearía, lo que complica que llegue algún refuerzo. «Tiene que ser alguien que esté sin equipo -recuerda Garagarza-, con poco tiempo para coger ritmo, posiblemente extranjero... Siempre estamos buscando pero lo veo difícil».