Raimundo Fitero
DE REOJO

Soflamas

Pues, sí, estamos en los prolegómenos de la campaña electoral eterna. No dude nadie de que todo va a empeorar y las soflamas de hoy se van a ir encanallando conforme las encuestas internas de los partidos que son las que se cocinan sin tantos condimentos favorables y que tiene un retrogusto subliminal para ir encauzando la opción de voto de la ciudadanía vayan destapando la realidad que se está dibujando socialmente. Hay una consigna (¿o es una guerra?) general y muchas batallas particulares. Y como vienen en una escalada de citas a lo largo del año empezando por el próximo domingo en Andalucía, habrá que aplicar todas las técnicas de relajación para no insultar desde el primer momento.

Sería interesante analizar desde una perspectiva de campaña militar en campo abierto, la manía obsesión, consigna o táctica disuasoria de algunos representantes de la política y la prensa de la extrema derecha más identificable que tienen con vincular a Podemos con Venezuela. Creo que es un argumento tan barato, tan pueril, tan desmontable, que lo único que hacen es alimentar a los más ultras de sus tropas y entretenerles y que de tanto reiterar la alucinación paseando por las teles a la oposición al chavismo, no tiene mucho recorrido. Por cierto, si le obligan a Pablo Iglesias y a sus compañeros a denunciar la detención del alcalde de Caracas, cómo es que nadie le ha preguntado a cualquier representante de los carteles de la corrupción algo tan sencillo como ¿por qué está todavía encarcelado Arnaldo Otegi?

He escuchado una soflama amenazante al señor Javier Maroto, alcalde de Gasteiz y candidato a repetir (ojo al dato) que se ha acabado el tiempo de lo políticamente correcto y que él va a practicar lo «correctamente político». Vale, empecemos, cruzado anti-moro, xenófobo con ínfulas, racista camuflado de baja estofa, ya nos lo irás explicando. De momento cuéntanos si lo de regalarle a un constructor dinero a espuertas por un alquiler vergonzoso y escandaloso forma parte de lo primero o de lo segundo. Porque como los de tu banda sois tan ignorantes políticamente, pero tan sabios en la corrupción bendecida, nos despista mucho tu bravuconada.