Los tres principales favoritos a repetir en la Final Four de Colonia a finales de mayo se aseguraron una vuelta tranquila tras lograr ventajas sustanciosas en la ida de los octavos de final, con mención especial a la paliza del Barcelona al Aalborg (11-31), aunque cabe apuntar que el club danés era el más flojo de todos los rivales, el que menos puntos había sumado en la liguilla previa, con solo dos victorias y tres empates en diez jornadas. Un mal punto de referencia para sacar demasiadas conclusiones.

El THW Kiel daba buena cuenta del actual campeón, un Flensburg-Handewitt muy diferente a aquel que protagonizó la sorpresa en la última Final Four -batiendo al Barcelona y al propio Kiel-, tras perder jugadores como Weinhold (Kiel), el portero Rasmussen y Knudsen (Silkeborg), y con Glandorf, Gottffridsson y Heinl lesionados.

Y el Veszprem demostró conocer muy bien los problemas de Naturhouse en la zona central de su defensa, tras las lesiones de Petrus y Garabaya, y por allí encarriló la eliminatoria con el lateral Ilic y el pivote Sulic (9 goles cada uno, 6 de los de Sulic en los primeros 20 minutos) haciendo sangre en esa zona.

Las otras cinco eliminatorias quedaron más o menos abiertas, aunque el Kielce, el PSG y el Pick Szeged ganaron a domicilio y deberían aprovecharlo ante sus aficionados. El PSG tuvo un partido muy duro ante el Dunkerque, en el que hubo 14 exclusiones (10 para los parisinos y 4 los locales), y dos jugadores del PSG acumulando tres cada uno hasta quedar descalificados (Barachet y N´diaye). Hansen, que marcó 11 de los 23 goles del PSG, fue quien sacó el partido adelante, pero dos goles de renta tampoco dan mucha seguridad.

La victoria del Pick húngaro en casa del Rhein Neckar -el único que pelea codo con codo con el THW Kiel en la Bundesliga- fue lo más destacado, con 9 goles de 9 penaltis de García Parrondo, y 9 más del tándem más efectivo de esta Champions, el que forman el central esloveno Bombac y el lateral zurdo Balogh, dos «jugones» que sumaron 104 goles en la liguilla.

Por último, solo dos equipos ganaban en casa, pero ambos lograban una buena renta para encarar la vuelta. Los dos porteros del Wisla fueron la clave, con la gran actuación de Corrales y los tres penaltis parados por Wichary. Quien sabe si el gol sobre la bocina de Duishebaev (Vardar) podría ser decisivo. El Zagreb, ante 14.000 espectadores, con una gran defensa y 14 paradas de Ivic, defenderá cinco goles de ventaja en Dinamarca.