GARA
MADRID

Muere de un derrame cerebral la actriz bilbaina Terele Pávez

Terele Pávez (Bilbo, 1939), prolífica actriz en numerosos papeles temperamentales, falleció ayer en el Hospital de La Paz de Madrid a causa de un derrame cerebral, según informa el Instituto Nacional de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales.

Teresa Marta Ruiz Penella, conocida artísticamente como Terele Pávez, premio Goya en la categoría de reparto por la película de Álex de la Iglesia "Las brujas de Zugarramurdi" (2013), era hermana de las actrices Enma Penella y Elisa Montes, y tía de Emma Ozores. Su apellido artístico Pávez provenía del segundo apellido de su abuela materna, Emma Silva Pávez, de origen chileno, y que utilizaba para distinguirse artísticamente de sus hermanas.

Reconocida como una de las más grandes intérpretes de reparto, lo que siempre se llamó secundarias, dejó su huella en papeles como su Mauricia en “Fortunata y Jacinta” (1969), de Angelino Fons, su “Celestina” (Gerardo Vega, 1996) o la Régula, de “Los santos inocentes” (1984), de Mario Camus.

Debutó en el cine con 12 años, en la película de Luis García Berlanga “Novio a la vista”, y desde entonces su carrera estuvo marcada por la falta de continuidad, con períodos de alejamiento de las pantallas y regresos con papeles importantes.

A lo largo de su dilatada carrera trabajó en cine, teatro y televisión. Debutó en la gran pantalla con 12 años, en la película de Luis García Berlanga “Novio a la vista”, y desde entonces su carrera estuvo marcada por la falta de continuidad, con períodos de alejamiento de las pantallas y regresos con papeles importantes.

Aparte de los trabajos ya citados, Terele participó en “El espontáneo” (1964), de Jorge Grau; “Réquiem por un campesino español” (1985), de Francesc Betriu; “Rumbo Norte” (1987), de José Luis Ganga, o “Diario de invierno" (1988), de Francisco Regueiro.

Tras un tiempo de menor actividad, en 1983 Mario Camus le ofrece el personaje de Régula en la película basada en la novela de Miguel Delibes “Los santos inocentes”, trabajo cumbre en su carrera que le reporta un reconocimiento unánime. Poco después encarna a la última mujer ajusticiada por garrote vil en “El caso de las envenenadas de Valencia”, capítulo de la teleserie “La huella del crimen” que dirige Pedro Olea y ahonda en su potencial dramático.

En 1990 rodó con Roberto Bodega “El ángel caído” y en 1997 con Agustí Villaronga en la cinta “99.9”.

En televisión trabajó, entre otras, en las series “Cañas y barro” (1978), de Rafael Moreno Marchent; “La barraca” (1979), del argentino León Klimovsky; la mencionada “La huella del crimen: las envenenadas de Valencia” (1985), de Pedro Olea; “El Quijote” (1991), de Manuel Gutiérrez Aragón; y, en los últimos tiempos, en la serie de TVE “Cuéntame cómo pasó”.

Igualmente, desarrolló una importante carrera teatral. Entre otras, representó con gran éxito “La casa de las chivas”, de Jaime Salom; “Madre caballo” (1997-1998), una adaptación de Emilio Hernández de la “bretchiana” “Madre coraje”, y “Fedra”.

En los últimos tiempos, se había convertido en una actriz fija de las películas del también bilbaino Álex de la Iglesia, en “El bar” (2017), “Mi gran noche” (2015) y, antes de “Las brujas de Zugarramurdi”, en “Balada triste de trompeta” (2010), “La comunidad” (2000) o “El día de la bestia” (1995).

«Álex contactó conmigo en un momento en el que yo no trabajaba y nos caímos bien desde el principio: los dos somos zurdos y de Bilbao y tenemos sentido del humor. Siempre ha sido muy tierno conmigo, pero también es respetuoso con todo el mundo, algo que me gusta, eso es amor para mí», remarcó en una entrevista con Efe en octubre del año pasado.

En 2008, los medios de comunicación se hicieron eco de que estaba durmiendo en la calle. Ella argumentó entonces que «no soy una indigente, no tengo problemas con el alcohol, bebo o no bebo, y no vivo en la calle», sino que «ese día me quedé dormida mientras hablaba con un amigo indigente».