«Solo hablamos de este tipo de violencia cuando hay una muerte», apuntó ayer Isabel González, experta en intervención psicólogica con personas LGTBI+ y en violencia entre parejas. En el recuerdo muy reciente, lo ocurrido en la localidad navarra de Orkoien, donde un hombre mató a su pareja en un caso de violencia intra-género. Precisamente, la charla de ayer estaba dirigida a evitar este tipo de violencia, a prevenirla, a «detectarla antes del conflicto».

No obstante y antes de nada, González quiso definir la violencia intra-sexo como un «acto de violencia, una manifestación de una situación de desigualdad y las relaciones de poder entre los miembros de una pareja sentimental del mismo sexo». Al preguntar a ver si alguien conocía algún caso de este tipo de violencia, fueron mayoría los asistentes que permanecían expectantes en el Auditorio Baluarte que rápidamente levantaron la mano e incluso revelaron vivencias personales.

Sin embargo, cuando se habla de violencia, la psicóloga recordó que existen varios tipos o categorías de violencia, que suscitaron el interés del público, pues se trata de comportamientos habituales que no se tienden a considerar como conductas violentas. Habló de la física, que produce daño corporal o lesión, pero también de la psicológica, relacionada con las críticas constantes, el control absoluto de la pareja; de la violencia relacionada con el VIH+, es decir, las amenazas de contagio; de la violencia sexual, imponer cualquier actividad sexual no deseada a través de la coacción; de la violencia digital, como el ciberacoso o el sexting; del outing interno, cuando el maltrador utiliza los estereotipos sobre los homosexuales para abusar de su pareja; y el outing externo, «sacar del armario» a la pareja o expareja sin el consentimiento de la víctima.

En este sentido, González Sáez quiso explicar el «ciclo de la violencia», descrito en 1979 por la psicóloga estadounidense Leonor Walker y que cuenta con tres fases. La primera, en la que se acumula la tensión. La segunda, cuando ocurre un «episodio agudo». Y la tercera, denominada «fase de la luna de miel», donde el agresor intenta reconciliarse con la víctima. Advirtió de que cuando el agresor dice que ha cambiado, «no es cierto, sino que se encuentra en la fase luna de miel».

Mitos a combatir

El retraso de varias charlas hizo que el hambre llamara a los estómagos de los asistentes, que tenían comida en el bar Geltoki, por lo que Gónzalez tuvo que ser breve. Aun así, tuvo tiempo de desmontar varios mitos en torno a violencia intra-sexo que, hoy por hoy, continúan arraigados en la sociedad. Por ejemplo, González Sáez explicó que en las parejas lesbianas «puede haber violencia sexual».

También combatió el mito de los celos, es decir, «creer que si mi pareja no es celosa significa que no me quiere», y el mito de la unidad, «creer que tenemos que hacer todo juntas».