Supongo que algo de eso debieron sentir quienes, como vecinas y vecinos de Igeldo, escucharan o leyeran ayer las palabras del presidente de la Mancomunidad de San Markos cuando afirmó que «la decisión de desanexionarse comporta asumir obligaciones que no se están satisfaciendo».

¿Qué es lo que no están satisfaciendo los vecinos de Igeldo? Esa es la pregunta clave a la que hay que responder para llevar este asunto por derroteros racionales y fáciles de comprender.

Para empezar, por mucho que los ayuntamientos tengan entidad jurídica y se pueda hablar de Donostia, Errenteria o Pasaia como «sujetos» que integran la Mancomunidad de San Markos, no hay que olvidar que quien realmente financia ese servicio es la ciudadanía a través de los impuestos.

En este caso, recomendaría a Denis Itxaso que, en su próxima intervención como presidente de la Mancomunidad o como concejal en el Ayuntamiento de Donostia, no obviase que las vecinas y vecinos de Igeldo contribuyen con sus impuestos a financiar la recogida y tratamiento de los residuos al igual que los de Amara, Alde Zaharra, Altza o Intxaurrondo, o como los de Beraun (Errenteria), por poner solo unos ejemplos. Contribuyen, han contribuido y, lógicamente, seguirán contribuyendo. Y supongo que para zanjar esa cuestión no habrá que pedirles que pasen por las oficinas de San Markos mostrando el recibo de la basura en la boca.

Y si quisiéramos rizar el rizo de esta polémica, cabría puntualizar que el pago de las «tasas por la prestación del Servicio de Recogida de Basura» suele ser abonado por la persona propietaria de una vivienda, por lo cual habrá donostiarras que no abonen esa tasa si solo son residentes, ya sean vecinos de Igeldo o del Antiguo. Las ordenanzas del Ayuntamiento de Donostia lo recogen así: «Son sujetos pasivos en concepto de sustitutos del contribuyente los propietarios de los bienes inmuebles».

Concluyendo, los vecinos de Igeldo no dejarán de ser «contribuyentes» por el mero hecho de cambiar de ayuntamiento.