Ramón SOLA DONOSTIA

El número de presos baja al fin de 500 por primera vez desde 2000

Dos años y medio después de la decisión de ETA de poner fin a la lucha armada, el volumen de presos vascos sigue reduciéndose muy lentamente. Esta semana el número de miembros de EPPK ha bajado de 500 por fin, lo que no se producía desde el año 2000. Entre 2008 y 2009 llegaron a ser más de 750, un 50% más que en la actualidad.

Según ha podido confirmar GARA tras los movimientos producidos en las últimas semanas, el volumen de miembros de EPPK retenidos en los estados español y francés, en otras cárceles del mundo o en sus domicilios en prisión atenuada, ha bajado de 500 por primera vez desde hace catorce años. En el momento actual es de 496. Esta cifra no se producía desde 2000, cuando los catorce meses de alto el fuego de ETA derivados del Acuerdo de Lizarra-Garazi provocaron un descenso paulatino del número de presos.

Como ocurre ahora, aquella disminución fue muy lenta y calificable como técnica, en la medida en que se van registrando excarcelaciones de presos que agotan sus condenas mientras los encarcelamientos disminuyen debido a la inexistencia de actividad de ETA.

En aquel proceso sí hubo una decisión jurídica en el ámbito español que contribuyó a vaciar las cárceles, lo que no ha ocurrido ahora: se trató del fallo del Tribunal Constitucional que, en julio de 1999, liberó de golpe a 22 miembros de la Mesa Nacional de HB encarcelados por el Supremo. Paradójicamente, ahora el mayor riesgo de que la cifra vuelva a elevarse estriba en los dos macroprocesos políticos juzgados estos meses en Madrid y pendientes de sentencia, con cerca de 75 imputados, la mitad de ellos precisamente por haber militado en HB, EH o Batasuna y la otra mitad por haber hecho otro tanto en Segi.

El actual descenso en el volumen de prisioneros vascos sí obedece en gran parte a una decisión judicial, pero no de Madrid sino del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. La anulación de la doctrina 197/2006 ha acarreado la puesta en libertad de cerca de 60 presos vascos desde octubre.

En las últimas semanas han ido quedando libres también, tras cumplir sus condenas íntegramente, varias personas castigadas en su día por militar en el movimiento pro-amnistía. Se les van sumando otros que agotan las condenas o que esperan juicio. Así, el viernes quedaban libres el iruindarra Germán Rubenach, el andoaindarra Ruben Gelbentzu y el urnietarra Jon Lizarribar. No obstante, el mismo día pasaba a quedar en situación de prisión (atenuada, en su domicilio, por motivos de salud) Iosu Uribetxebarria.

Hasta 762 en 2008

La evolución histórica del número de presos define cada época. El primer cómputo riguroso que se tiene en las últimas décadas es el de 1968, cuando los estados de excepción franquistas acumularon en prisión por razones políticas a más de 850 ciudadanos vascos, si bien no era una cifra estable porque las salidas y entradas resultaban constantes. Incluso en muchos casos los encarcelamientos durante semanas no tenían más objetivo que borrar las huellas de torturas en la detención.

Tras la amnistía de 1977, las cárceles no tardaron en volver a llenarse. Fue significativo el caso del ondarroarra Fran Aldanondo; el último preso en ser liberado murió a manos de la Guardia Civil apenas dos años después en un tiroteo en Tolosa.

Solo cuatro años después de aquella ley del naciente Gobierno de Adolfo Suárez, se superaba ya el número de 400 presos vascos. La disolución de ETA político-militar deparó decenas de excarcelaciones en 1983, con lo que la cifra se redujo un tanto, pero desde 1987 hasta la actualidad prácticamente siempre ha superado la barrera de los 500.

En la década pasada, la acumulación de encarcelados por los sumarios del «todo es ETA» elevó la cifra por encima de 600 e incluso de 700. A ello se le sumó, en 2006, la decisión de los tribunales españoles de alargar artificialmente las condenas de quienes debían ir quedando libres, casi siempre tras más de dos décadas entre rejas. Así, el volumen de presos tocó techo en 2008, donde se computaron 762 en un momento puntual. Ahora ha mermado en un tercio, pero todavía son 496, y con cerca de 200 pendientes de sentencias por procesos políticos.