Los tribunales han decretado que Maider Beloki no cometió ningún delito cuando, el pasado 31 de diciembre, golpeó a dos ancianos mientras daba marcha atrás para desaparcar. La pareja de octogenarios cayó al suelo y la mujer tuvo una fisura, por lo que fue hospitalizada. Cuando llegó la Policía, la edil no fue sometida a una prueba de alcoholemia, lo que provocó que medios afines a UPN vieran un complot policial para proteger a Beloki.

Diversos medios llegaron a publicar incluso que había «testigos» que aseguraban que la concejal «pudo mostrar síntomas de haber consumido alcohol. También sacaron a la luz una orden del jefe de Policía en la que, supuestamente, se obligaba a realizar una etilometría en todos los accidentes de tráfico. El Ayuntamiento tuvo que dar toda una serie de explicaciones para demostrar que esa orden no estaba en vigor y aportar incluso datos estadísticos de las intervenciones de los últimos años para demostrar que era ordinario no realizar dichas pruebas. Aun así, formalmente, UPN y PSN siguen sin estar satisfechos con la información y sostienen que hay elementos ocultos.

La resolución del juez en la que se decreta el archivo asumiendo que «de existir imprudencia en la conducta del denunciado, esta debe reputarse de tan leve entidad que no puede trascender las fronteras del derecho civil de daños». La sentencia ni siquiera contempla la posibilidad de que Beloki hubiera bebido.

Desde los grupos de derecha se ha tratado de equiparar lo ocurrido a Beloki con el suceso protagonizado por el exedil de Seguridad Ciudadana de UPN, Ignacio Polo. Este exconcejal dimitió por un accidente que tuvo haciendo uso de un coche municipal en domingo después de haberse ido de vermú y comer con un amigo. Polo triplicó la tasa de alcoholemia, pero solo recibió una multa. Posteriormente, Kontuz denunció un posible trato de favor y Polo acabó siendo condenado por un delito contra la seguridad vial.