Iñigo Urkullu ha respondido en el pleno de control a una pregunta del parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, sobre el conocido como ‘caso De Miguel’, una presunta trama de cobro de comisiones ilegales en la que están acusados varios exdirigentes del PNV alavés, entre ellos Alfredo de Miguel, ex número dos de ese partido en el territorio entre 2005 y 2009 y para el que fiscal pide más de 54 años de cárcel.

El lehendakari, que era el presidente del PNV cuando se inició la investigación, ha asegurado que «nunca ha mantenido que en Euskadi no haya corrupción» porque «ninguna sociedad está libre de conductas individuales incorrectas», pero ha negado que se pueda hablar de «corrupción generalizada vinculada a las administraciones públicas y a los partidos».

Ha citado al PNV, EH Bildu, PSE-EE y al PP vasco, partidos que, según ha dicho, durante casi cuatro décadas han gobernado las diferentes instituciones de Gipuzkoa, Bizkaia y Araba.

«Hablo en plural y desde una realidad global», ha afirmado. Ha relacionado esta situación con factores como la ausencia de mayorías absolutas en los gobiernos de las instituciones, la «rotación» entre unos partidos y otros al frente de buena parte de las administraciones, el hecho de que «Euskadi es un país pequeño y cercano», y a la existencia de «mecanismos de seguimiento y control propios».

Urkullu ha destacado que, cuando Alfredo de Miguel fue detenido en 2010, la Diputación de Araba, en la que era responsable de Administración Foral, y el PNV, de cuya Ejecutiva alavesa era el número dos, tuvieron una actuación «diligente, inmediata y contundente», al apartar de sus cargos y emplazar a entragar sus carnés de afiliados a los afiliados implicados.

Aquella reacción «ejemplar», tal como ha dicho, dio lugar a «una forma de proceder ante estos casos que, desde entonces, se ha ido imponiendo en casi en todos los partidos y en los códigos éticos de las instituciones».

También ha dicho que el Gobierno de Lakua está personado en esta causa para garantizar la defensa de los recursos públicos, al tiempo que ha defendido la «presunción de inocencia de las personas acusadas».

Maneiro ha preguntado a Urkullu si puede asegurar que ninguno de los supuestos euros defraudados «llegó a las arcas del PNV» mientras era presidente de ese partido y le ha emplazado a responder sin «miedo y con la máxima sinceridad posible».

«¿De qué miedo?», le ha replicado el lehendakari, quien le ha recordado que los acusados y vinculados al partido entregaron el carné del PNV.

Urkullu ha insistido que en la CAV «hay casos puntuales [de corrupción] que necesitan ser esclarecidos», que aún están siendo investigados, pero que a «día de hoy no hay ninguna sentencia».

«Cuando la haya obraremos en consecuencia», ha resumido.