Dabid LAZKANOITURBURU

Codazos entre unos y otros para liderar el asalto final sobre Mosul

El Ejército iraquí avanza ya hacia Mosul y ha lanzado oficialmente la ofensiva final sobre el bastión del ISIS, que se anuncia cruenta y larga, y hace temer un desastre para cientos de miles de personas. Además del riesgo humanitario, los intereses diversos y contrapuestos de los actores implicados en la ofensiva es uno de los mayores peligros.

El Ejército iraquí lanzó oficialmente la ofensiva final para arrebatar al Estado Islámico (ISIS) Mosul, segunda ciudad de Irak y capital del califato creado a mediados de 2014.

Horas después de que el primer ministro del Gobierno de Bagdad, Haider al-Abadi, anunciara en una alocución nocturna televisada el inicio de la operación, columnas de vehículos blindados del Ejército iraquí cargadas de soldados partieron al alba hacia las líneas de frente.

Mientras las divisiones 9, 15 y 16 del Ejército iraquí avanzaban desde el sur y desde el este, 4.000 milicianos kurdos (peshmergas) de la Región Autónoma de Kurdistán (iraquí), KRG, avanzaban desde el este bajo cobertura aérea de los bombardeos estadounidenses y, tras hacerse con el control de varias aldeas, se acercaban a Qaraqosh, la principal localidad cristiana de Irak hasta su conquista por parte del ISIS, lo que obligó a sus habitantes a huir al Kurdistán Sur (iraquí).

La batalla por Mosul se anuncia cruenta y larga, semanas o incluso meses según el Pentágono, y la ONU ya ha alertado de un posible desastre humanitario para los 1,5 millones que siguen viviendo en la capital del norte de Irak y quedarán atrapadas entre dos fuegos y ha alertado de un desplazamiento masivo de hasta 200.000 personas en los próximos días y semanas.

Save the Children y el Consejo Noruego para los Refugiados han instado a respetar «corredores humanitarios» para que la población no quede atrapada por las bombas sin comida ni agua y cifran en 500.000 los menores amenazados.

Feroz resistencia

Fuertemente armados, y disueltos entre la población civil (algunas fuentes aseguran que se habrían afeitado sus largas y prescriptivas barbas), los entre 3.000 y 4.500 yihadistas del ISIS (según cálculos estadounidenses) utilizarán sin duda los ataques con explosivos, las minas y los atentados suicidas para ralentizar el avance o , por lo menos, para cobrarse el pago en bajas enemigas.

A modo de «aperitivo», Bagdad y otras localidades iraquíes han sido asoladas en los últimos días por atentados que han dejado más de 60 muertos. El último, ayer mismo en la capital iraquí (10 víctimas mortales).

Mucho más cerca, en pleno frente de guerra, dos diputados kurdos informaron de la muerte de ocho peshmergas ayer (otras fuentes elevaban la cifra a cerca de una treintena). La cadena kurda Rudaw ofrecía imágenes de milicianos kurdos disparando contra un coche conducido por un kamikaze que avanzaba en dirección a sus posiciones.

Un magma de grupos

Pero sin duda uno de los mayores riesgos del operativo es la desunión y los intereses contrapuestos entre las distintas fuerzas decididas a expulsar al ISIS de Mosul y oficialmente dirigidas por una coalición de más de 60 países liderados por EEUU.

El Gobierno mayoritariamente chií de Bagdad ha anunciado un acuerdo por el que solo los 30.000 soldados y la Policía participen en el asalto al centro de Mosul. Como contrapartida, acepta que las milicias chiíes conocidas como Fuerzas de Movilización Popular, hayan sido relegadas y enviadas a participar en el asalto a Hawija, a 100 kilómetros de Mosul. Las milicias, en realidad una quinta columna de Irán en Irak, participaron en los asaltos a Tikrit, Falujah y Ramadi pero han sido acusadas de todo tipo de violaciones de los derechos humanos contra los suníes que huyen del ISIS (ayer mismo Amnistía International hizo público un informe-denuncia al respecto).

La principal milicia chií, Asaib al-Haq (la Liga de los Justos) ha llegado a presentar el asalto a Mosul como la venganza del martirio del imam Hussein, acta de nacimiento del chiísmo que se conmemora en la Ashura.

Turquía afirma que participa

Turquía, que se ha permitido el lujo de rechazar la implicación de las milicias chiíes y de fuerzas del PKK que colaboran asimismo en la ofensiva contra el ISIS en Irak, insiste en que participará en el operativo pese a la denuncia de intromisión abierta del Gobierno iraquí ante la ONU y la comunidad internacional.

El Ejército turco, que con 2.000 soldados oficialmente entrena a milicias tribales en la base de Bashiqa, 15 kilómetros al este de Mosul, asegura que su invasión de territorio iraquí contaría con el apoyo tanto del Gobierno autónomo kurdo de Barzani (KRG) como de EEUU. Los segundos lo desmienten, el primero calla.

Pero Ankara insiste en que la mitad de los 3.000 milicianos entrenados por su Ejército, entre los que se incluyen suníes turcomanos y cristianos. entre otros, participan ya en el asalto final a Mosul.

Finalmente, EEUU se afana por limar divisiones entre todas esas fuerzas centrífugas y por asegurar a un Barack Obama en retirada una victoria simbólica con la caída de Mosul. Un Obama que prometió la retirada de las guerras de Afganistán y de Irak que le legó su antecesor y que acaba su segunda legislatura con miles de soldados «asesores» en ambos escenarios.

Todo apunta a que EEUU ha decidido concentrar su objetivo en Mosul y dejar Raqa, la capital siria del califato, para más adelante o acaso para otros actores.

Mientras tanto, Rusia y Siria se permiten el cinismo mientras concentran sus fuerzas contra los rebeldes sirios en Alepo y en la periferia de Damasco. Vladimir Putin pidió ayer a la «coalición internacional» que haga lo máximo para evitar víctimas civiles en Mosul. Como en Alepo. Y el régimen sirio anunció que «la victoria sobre el ISIS en Irak lo será también para Siria». Que le hagan el trabajo.

 

El ISIS se queda sin su batalla por el juicio final al perder Dabiq

El ISIS se ha quedado sin escenario para la batalla del «juicio final» contra Occidente (en su sentido más amplio) con la pérdida de la localidad siria de Dabiq. Desde que el ISIS proclamara su califato en Siria e Irak en 2014, Dabiq ha estado omnipresente en la retórica de la organización tanto en sus vídeos como en sus medios escritos, y de hecho da su nombre a una de las revistas mensuales en inglés de los yihadistas.

Todo ello en base a una profecía atribuida a Mahoma en la que supuestamente habría predicho que la batalla del juicio final entre «los rumi (romanos) y los musulmanes» sería en ese enclave. El augurio aparece en un «hadiz» (dicho de profeta) documentado por uno de los acompañantes de Mahoma, identificado como Abu Hureira.

El ISIS fue expulsado de Dabiq el pasado fin de semana por una coalición de rebeldes sirios del Ejército Sirio Libre, que incluye a los islamistas del Frente del Levante (Jabhat al Shamiya) y a los turcomanos de la brigada Sultar Murad, apoyados tanto desde el aire como desde tierra con blindados por el Ejército turco. Aunque desde el punto de vista militar o estratégico Dabiq no tiene ninguna importancia, y «hay localidades más importantes en el área, ya que no es más que un pueblo en mitad de una llanura en el norte de Alepo», en palabras de Abu Firás, coronel y portavoz del rebelde Frente del Levante, la derrota del ISIS supone, según el el portavoz de la División Al Hamza, Mayed al Halabi, «un duro golpe moral» para los yihadistas, «que habían movilizado a un gran número de combatientes».

Contrasta, en ese sentido, con la rapidez con la que los rebeldes sirios y el Ejército turco expulsaron al ISIS de un escenario donde «iba a producirse la batalla épica más grande». El comandante de la brigada Sultán Murad del ESL, Ahmed Ozman, explica que «Dabiq es un pueblo pequeño y los seguidores del Daesh no podían moverse bien con el cerco y decidieron retirase».

Anticipándose en la última edición de su revista por internet “Al Nabá” (las noticias), el ISIS quiso justificarse con un artículo sobre Dabiq, en el que sostiene que sus adversarios no diferencian entre «la batalla pequeña de Dabiq y la gran (batalla) épica».

Sin olvidar el inicio del asalto final a la capital de su califato en Mosul, y sin salir de Siria, El ministro turco de Exteriores, Mevlut Cavusoglu, anunció que la ‘Operación Escudo del Eufrates' lanzada en Siria tendrá como próximo objetivo la ciudad de Al Bab, a unos 29 kilómetros de la frontera.

Con ello, Ankara se asegura un doble objetivo: establecer una zona tapón contra el ISIS en la frontera e impedir que los kurdos completen su enclave autónomo de Rojava. La ofensiva ya se ha hecho con 1.100 km cuadrados. Las malas lenguas sostienen que con el placet de Rusia (y, por tanto, del régimen sirio) para llegar hasta Al Bab. Justo hasta ahí, no más.D.L.

 

Rusia intercala insistentes bombardeos con promesas de pausas de horas

El Estado Mayor del Ejército ruso anunció una pausa en los bombardeos de ocho horas para el jueves para permitir la salida de civiles, enfermos y heridos y de rebeldes.

Rusia rechaza un alto el fuego, como le exigen EEUU y la UE con la amenaza de nuevas sanciones, aduciendo que permitiría reagruparse a los rebeldes.

La aviación bombardeó objetivos rebeldes en el oeste y este de la ciudad con un saldo de medio centenar de muertos. MSF denunció ataques el viernes a las instalaciones sanitarias del este de la ciudad.GARA