Maitane ALDANONDO

Buzones que solventan los inconvenientes de la mensajería

La empresa Balea Box comercializa desde abril unos novedosos buzones destinados a la paquetería. Los casilleros permiten recoger los envíos de forma segura, sin necesidad de estar presente en la entrega. Lo que ofrece ventajas al comprador y al repartidor.

Las compras online son una realidad cada vez más habitual, debido en gran medida a su comodidad. Sin embargo, su entrega suele provocar problemas o inconvenientes. Conscientes de eso, cada vez son más las iniciativas empresariales que surgen para facilitar este paso. La más reciente es Balea Box, que ha creado buzones pensados para viviendas en los que el repartidor puede depositar las mercancías sin necesidad de que haya nadie esperando.

La sociedad limitada nació a iniciativa de la empresa de buzones Arregui de Orio. No obstante, están vinculados solo en el arranque, ya que ahora es totalmente independiente. Vieron un nicho de mercado importante, ya que «a nivel nacional el tema de las compras online está en alza y una de las principales quejas es la entrega. Tienes que esta en casa», recuerda Ainhoa García, responsable de comunicación de Balea Box. Existen puntos de conveniencia –establecimientos estipulados como puntos de recogida–, pero «estás supeditado a un horario y pierdes privacidad, porque al final la persona de la tienda está viendo si compras a una empresa o a otra, qué tipo de producto es… Igual no te hace gracia que lo sepan».

El proyecto echó a andar hace tres años, tiempo que han empleado en la mejora de materiales o el estudio de sistemas de apertura. El objetivo era lograr un sistema que pudieran utilizar todas las empresas de reparto y que, además, fuera seguro. Por eso es el único del mercado que incorpora una alarma que salta cuando alguien trata de forzar el buzón. «Ha sido largo, pero ya lo tenemos aquí», resume García.

Desde hace años sistemas de este tipo ya existen en Alemania, Inglaterra o Japón; por lo que la acogida por parte de las empresas de mensajería está siendo «muy buena», porque tienen su matriz o delegaciones en lugares donde ya está implementado y lo conocen. Se muestran favorables a utilizar los buzones, «ven que se pueden ahorrar un montón de viajes, para ellos la logística va a mejorar muchísimo».

Se dirigen a lo compradores finales, tanto particulares como comunidades de vecinos o empresas. Han fijado su público objetivo en personas de entre 30 y 60 años, porque como apunta García «cada vez más gente mayor se lanza a comprar por Internet y los de menos de 25 o 30 compran, pero igual no tienen su casa propia para decidir si ponen el buzón».

Particulares o comunitarios

Los buzones son de acero y están preparados para su uso tanto en el interior como en el exterior. Tienen dos modelos de buzón, uno para viviendas individuales y otro para comunidades de vecinos. Los particulares están disponibles en tres tamaños con 18, 30 y 55 litros capacidad y su precio oscila entre los 99 y los 169 euros. El pequeño y el mediano están pensados para ser colgados y pueden incorporar una ranura para correo postal; en cambio, el mayor se sitúa en el suelo. De una u otra manera se instalan con los tirafondos y tornillos de anclaje que suministra Balea Box.

Por su parte, los diseñados para comunidades son columnas de dos o tres casilleros, con o sin ranura para cartas. Se colocan en el suelo y cuestan desde 310 euros hasta los 675 euros. Esa es la gama básica, pero García señala que el diseño puede ajustarse para que sea en horizontal.

Su uso es sencillo. El usuario deja el cierre en modo abierto, el mensajero deposita el paquete y lo cierra. En caso de tener un único propietario, se abre con una llave; en cambio, cuando es compartido, cada usuario necesita su llave privada y una clave para recoger su pedido. La clave es de un único uso, el repartidor la crea y se la comunica al receptor. «No basta con uno solo, por lo que nadie más que tú puede abrir ese buzón». En caso de requerir su firma, en la parte interior de la puerta hay un código de barras que se escanea y sirve como identificador.

Han empezado a comercializar los casilleros a finales de abril, a través de su web y de Amazon. Garantizan la entrega en 24-48 horas aunque en el caso de los comunitarios puede alargarse un poco más. Están dando los primeros pasos y ya han hecho algunas ventas. «La sensación tanto de empresas de transporte como de los clientes que lo han comparado es buena».

No tienen fijados hitos a cumplir, de momento su objetivo es «que haya ventas, que funcione y la gente lo acoja bien». Después para el medio-largo plazo tienen en mente implementar un sistema de apertura electrónico, como el que ya existe en otros países. No lo han hecho de partida, porque sería necesario que todos los repartidores tuvieran la aplicación para leerla y era inviable.