Manex Altuna
Elkarrizketa
Juan Bas
Director del festival Ja! Bilbao

«Los límites del humor deberían establecerlos la inteligencia del autor y no el Código Penal»

Bilbo acoge desde el 27 de setiembre hasta el 8 de octubre, la octava edición del festival de literatura y arte con humor Ja! Bilbao. Juan Bas destaca el premio a la escritora Joyce Carol Oates y la exposición sobre Gloria Fuertes como platos fuertes del certamen.

Juan Bas en la plaza Nueva de Bilbo. (Monika DEL VALLE / ARGAZKI PRESS)
Juan Bas en la plaza Nueva de Bilbo. (Monika DEL VALLE / ARGAZKI PRESS)

¿Cómo surge la idea de organizar un festival como Ja! Bilbao sobre literatura y arte con humor?

La idea fue mía al ser un escritor para el que el humor ha ocupado una parte importante en varios libros. En conversaciones con amigos, comentamos que faltaba en Bilbao un festival distinto y se me ocurrió que había muchos festivales de novela negra, pero que no había ninguno de literatura con humor. Además, Bilbao es una ciudad en la que el humor se valora y tiene una infraestructura adecuada y pensé en organizar un festival de literatura de humor y humor gráfico, que así se llamó el primer año. La idea le cayó bien al alcalde Azkuna en su momento y de ahí se fue aglutinando todo.

A día de hoy somos el único festival en Europa en cuanto a literatura con humor. Matizó lo de literatura con humor y de humor porque el primer año estuvieron Michel Houelbeq, Martin Amis, Fernando Iwasaki... y todos ellos convinieron en que no se puede hablar de literatura de humor, que sería un subgénero, sino de literatura de cualquier tipo que contiene humor o no. Entonces, desde el segundo año cambiamos a literatura con humor y hoy en día con el nombre actual abarcamos todas las artes.

Ha mencionado el apoyo de Azkuna, ¿sin el respaldo de las instituciones no sería posible un festival así?

El apoyo institucional fue gradual pero a día de hoy la verdad es esencial porque tenemos el apoyo de todas las instituciones, incluido el Ministerio de Cultura. Nacimos con la crisis en 2010 y el apoyo privado a festivales culturales cada vez es más difícil. Tenemos apoyo privado, pero el institucional es fundamental.

¿Cómo consiguen traer al festival a tan importantes autores?

Primero haciendo el trabajo con todo el esmero posible, contrastar muchas agendas y programas hasta llegar al definitivo. Cuanto más importantes son los autores, más complicadas son sus agendas. Luego, tenemos la buena costumbre de pagar la intervención de todos los autores que vienen, salvo quién venga directamente a promocionar un libro, aunque no hacemos presentaciones como tal. Como son diálogos o entrevistas, pagamos a todos los invitados.

Les seduce también venir a Bilbao, el prestigio que ha ido ganando el festival y los tratamos bien. Cubrimos el viaje, pagamos su intervención y la verdad es que el conjunto funciona para tener un buen cartel.

¿Qué anécdota se puede contar de los autores que han pasado por el festival?

Fue muy gracioso el primer año que vino Michel Houelbecq. Se lo presenté a Azkuna y le dije alcalde tenemos al célebre escritor francés Michel Houelbecq y éste le dijo; ‘anda Voltaire’. El otro puso una cara de qué me está diciendo, pero Azkuna le dijo después en francés que era broma.

Otra fue con Tom Sharpe, que en paz descanse. Era el primer año y en la entrevista que se le hizo para el público cuando le dimos el premio, tenía un pedo de whiskye encima tremendo. Fue una entrevista imposible, pero al día siguiente en Radio Euskadi estuvo largando hasta por los codos.

¿Qué destacaría de la presente edición?

Es muy especial el premio a Joyce Carol Oates que está dotado con 20.000 euros. Por primera vez premiamos a una mujer porque no es fácil encontrar a una artista de primera categoría femenina que se dedique al humor o que el humor sea importante en su obra. En el caso de Oates a ella le ha sentado muy bien que un festival europeo destaque la faceta del humor de su obra y viene encantada. Ha cambiado sus clases en Princeton para venir y viene con un equipo de cine documental sueco que lleva años siguiendo a Oates por distintos eventos y momentos de su vida. El equipo está dirigido por una vaca sagrada del cine sueco como Steve Berman y me hace mucho ilusión poder conocerlo.

También llama la atención la presencia de Mursego...

La mayoría de los invitados son internacionales y aunque hay muchos otros festivales con autores vascos, siempre hacemos un acto destacado en euskera. Este año nos pareció apropiado el espectáculo que hacen Harkaitz Cano y Mursego, que reúne literatura, humor y música. Se titula Porto como el vino, un canto a la alegría de vivir que siempre es uno de los objetivos a través del humor del festival.

¿Cómo ve la censura o los límites de la libertad de expresión en el humor?

Mi opinión es que los límites del humor no sé cuales son, pero no deberían llegar al Código Penal y al banquillo de un juzgado. Los límites del humor los debe establecer la inteligencia del propio autor. En definitiva, creo que la reacción ante algo que parezca terrible debería ser el ostracismo de esa expresión del humor. También hemos tratado en el festival la dictadura de lo políticamente correcto que muchas veces es muy cursi, muy estricta y alejada de la inteligencia.

En su opinión, ¿se está avanzando o retrocediendo?

Creo que se está retrociendo ya que se están poniendo muchas cortapisas. Afortunadamente hay una libertad de expresión reconocida por las leyes y por la práctica social que solventa y lo resuelve, pero hay casos llamativos. Hace poco lo ocurrido con Netflix y el cartel tachado de soy español de la película de Borja Cobeaga, que estará en el festival. ¿Cómo se puede considerar una ofensa a las víctimas del terrorismo una película que se sabe que es una sátira contra el terrorismo? Es un chiste muy fácil de detectar porque son unos etarras que están metidos en un piso y quieren ver las finales del Mundial y queda tachado. Ahí tendríamos un ejemplo de un exceso de lo políticamente correcto. Hace poco escribí un artículo sobre ello porque el gremio de panaderos estaba molesto y pedía que se retirara el refrán por ser un insulto a la profesión, ‘pan con pan, comida de bobos’. Es una demencia, ahí tendríamos extremos que chocan con la inteligencia.

¿Se puede hacer humor con cualquier tema?

Es un viejo dilema. Un maestro de la narrativa como Martin Amis consigue hacer un cierto humor con uno de los tabúes más grandes de la historia como Auschwitz en su última novela. Pero yo no sé que contestar si se puede hacer o no humor con todo.