Jonbe Martínez: «Creo que somos trabajadores y solemos exigirnos bastante»
Una primera demo autogestionada y manipulada de inicio a fin –creación, grabación y empaquetamiento artesanal– coloca a Sofa entre las formaciones más sugerentes de la escena, a la vez que suma nuevos sonidos para la sorprendente creatividad global de Zarautz. Pasados tres años debuta con «II», publicado por Bonberenea Ekintza y bajo la supervisión técnica de Karlos Osinaga.

En 2014, el trío de Zarautz Sofa graba sus primeras canciones. Un pack de cinco cortes instrumentales que siluetean a un grupo sin ánimo de lucro popular. Cultos musicalmente, bien preparados y sin miedo a la discontinuidad, ofrecen instrumentales complejas a la vez que asequibles, en un equilibrio elegante y bien trenzado. Tres años más tarde, “II” prolonga las primeras impresiones de la demo “I” y las mejora tejiendo imaginativos fraseados de guitarra sobre una base rítmica cuadrada, de empuje. Imanol Sesma es el batería y a la vez el autor de la colorista y figurativa portada. Predomina el color y los dibujos, que tanto nos pueden llevar a Julio Verne, la sicodelia, recuerdos de infancia oníricos, viajes... Como ilustrador Sesma tendría trabajo. Kepa Izeta es el bajista, no cabe descuido en este tipo de música, que pude clasificarse como math rock, y Kepa no pierde pulsación junto al trabajo de detalle de Sesma o los cuidados, imaginativos y complejos desarrollos de Jonbe Martinez. Lo curioso, o no tanto, es que en 2008, la primera vez que coinciden los tres músicos para un concierto de versiones, aunque con dos amigos más, lo que eligen es Turbonegro, rock and roll alejado de lo que años después será Sofa.
Ese quinteto juvenil se disuelve en diferentes direcciones. Surge en 2011 otro proyecto maquetero, pero que no llega a debutar en directo, en Zarautz son así de rápidas las viñetas, pero queda nuestro trío. Jonbe por esa época se encuentra cautivado por el grupo Native, banda de Valparaíso, Indiana que si bien cuenta con vocalista, de corte crispado emo-jarkoreta, el fondo le capta a Jonbe por su actitud y concepto instrumental.
Encontrado el punto de apoyo emocional y artístico, solo queda revolverse en el sofa en busca de un discurso propio. Y al margen de referencias que siempre serán inevitables, el trío aporta singularidad, desarrollos ambientales hipnóticos, dinamismo y mucho viaje mental, como la misma portada. «Cuando nos quedamos los tres, no veíamos a nadie como para meterlo de cantante y/o segundo guitarrista, y plasmar un trío instrumental nos pareció un formato bonito y también un reto, ya que suponía crear canciones con solo tres elementos: guitarra, bajo y batería, un formato bastante básico».
Canciones como el bloque “Bitzozkolak”, “Ponto”, “Tope zatopek”, “Triziklo” y “Guartakerre” se relacionan con ese toque básico, pero siempre con una relativa complejidad y brillo, al tiempo que juguetón. La despedida con “Periskopio”, representado en la portada, es muy ambiental.
«Al principio nos costó bastante arrancar, teníamos una idea de lo que queríamos, pero era bastante difusa y las canciones salieron a cuentagotas. Encima, en cuanto a ejecución de los instrumentos era un territorio nuevo para nosotros. Comparándolo con el momento actual, ahora tenemos más claro lo que buscamos, tenemos la dinámica de trabajo más definida y ensayamos más. En cuanto al estilo, lo que queríamos al principio y lo que proponemos ahora es parecido, lo que ocurre es que en este momento sabemos mejor cómo lograrlo».
Las fechas más inmediatas para poder ver a Sofa son el 12 en Bilborock, dentro del concurso Villa de Bilbao; el 20 como parte del festival Ordiziarock y el 21 en La Capilla de Bermeo. Seis fechas más les llevan hasta fin de año.
El vinilo (que incluye cedé) se puede adquirir en www.bonberenea.com/online-denda/sofa-ii/ y escuchar en su bandcamp.
¿Cómo se llega a las formas de «Sofa II»?
Recuerdo que cuando empezamos con los primeros ensayos tenía muy claro que quería hacer lo que me diera la gana, música para nosotros mismos y sin ninguna pretensión. Ni siquiera tenía la intención de tocar en directo. De hecho, si no fuera por Kepa, todavía seguiríamos en el local de ensayo. Y claro, la formación también influye en el estilo. Al ser tan básica requiere que cada uno de nosotros tenga que aportar más para mantener la canción interesante.
También precisa tener confianza en uno mismo.
Hemos tenido la suerte de crecer cerca del gaztetxe de Getaria, donde han tocado infinidad de grupos con estilos diferentes o más experimentales y es algo que siempre hemos disfrutado y valorado. Así que tocar este tipo de música fue un paso natural para nosotros, en nuestra cabeza para nada fue una locura. Además, no teníamos ninguna pretensión cuando empezamos a ensayar (y creo que seguimos con la misma actitud), así que empezar algo diferente o más “marciano” no nos supuso ningún problema. Simplemente tocamos la música que nos apetece porque nos apasiona y lo pasamos bien.
¿Se llega a Sofa desde algún tipo de preparación académica?
No tenemos estudios musicales como tal. En mi caso, mi padre es músico y en casa siempre ha habido mucha música e instrumentos. De niño toqué el violín durante unos cuantos años y no empecé a tocar la guitarra hasta los 17. Pero fue en ese momento cuando de verdad me enganchó tocar un instrumento y creo que ese verano casi no salí de casa, jajaja. Después, montar un grupo y tocar con otra gente fue algo natural. En el caso de Kepa, tocó la trompeta durante algunos años en la banda de Zarautz y más tarde se puso con el bajo. Y Sesma no empezó a tocar la batería hasta los 18 años. Ha aprendido todo de oído.
¿Se ha sufrido en la grabación con una propuesta tan math, se ha sufrido? (math = matemáticas, manejo de tiempos, de espacios, de claves perfectas...)
Aquí se aplica la misma regla que a todos los grupos. Si vas bien preparado y con los deberes hechos sufres menos que si has hecho el vago. Para este disco trabajamos bastante antes de entrar a grabar. Hicimos una maqueta con todas las canciones y trabajamos en los arreglos, las capas y la interpretación. En ese sentido creo que somos trabajadores y solemos exigirnos bastante. Cuando fuimos a Bonberenea cada uno de nosotros tenía bastante claro qué y cómo tocar y fue bastante fluido. Si surgía alguna duda, Txap [Karlos Osinaga] enseguida nos ayudaba. Tardamos menos de lo que esperábamos y la grabación fue una gozada, muy agradable y fluida. En eso tuvo que ver mucho Txap, que aparte de ser un artista grabando, es un tío supermajo y es fácil sentirte cómodo cuando estás con él.
Pude parecer música presta para la improvisación, pero quizá vaya en contra de la propia definición math.
En el momento de crear las canciones sí que hemos solido improvisar, pero una vez que están acabadas ya no improvisamos sobre ellas. Si que van cambiando y compactándose, pero básicamente se quedan igual. Y si en algún momento alguien improvisa más de la cuenta, los otros dos le echamos una mirada asesina, jeje.
¿Escucha siempre bandas de su radar musical?
Escuchamos de todo. Por ejemplo, últimamente escucho más country y folk que rock. Pero bueno, sí que hemos mamado mucho de grupos como Toe, Native, Colour, American Football... Y en plan más metal Animals as Leaders, Jardín de la Croix, Messhuggah… No sé si nos podemos situar en una escena, en Euskadi por lo menos hay un montón de grupos de estilos diferentes y más o menos todos nos movemos en el mismo circuito. Lo de escenas separadas por estilos creo que se ha perdido un poco.
Dentro de su estilo compaginan bien con Buffalo o Rukula.
Si, conocemos a los dos grupos, de hecho hemos compartido escenario con ambos. Son gente muy maja y ojalá haya ocasión de volver a compartir concierto.
En Sofa destacan las armonías y las capas de guitarra, ¿parten de aquí las propuestas?
Las canciones surgen en casa, pero el punto de partida no tiene por qué ser la guitarra. Puede ser un ritmo o una línea de bajo. Componemos en un daw [Digital Audio Workstation, interfaces de software para componer/trabajar a través del uso de samples, no necesariamente, y diferentes plug-ins, que expanden las posibilidades de creación]. Vamos grabando riffs, trozos de ideas y vamos montando las canciones como si fueran un puzzle. A veces salen rápido y otras veces más despacio, pero la mayoría de canciones las damos forma así. Principalmente la guitarra engloba la melodía, pero la armonía es muchas veces una combinación del bajo y la guitarra.
¿Lleva una pedalera compleja?
Sí que llevo unos cuantos pedales, pero vuelvo a lo mismo de antes. Nuestra formación es muy básica y tenemos que estar aportando a la canción constantemente para mantenerla interesante. Los efectos dan mucho juego en ese sentido, cambian el color del sonido, la intensidad, permiten hacer loops… Es una parte muy importante de nuestro sonido. Y por supuesto, es un mundo que me encanta.
¿Hay algún estilo musical que no se cubra desde Zarautz? Hay de todo y bueno.
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