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BARCELONA

Dos consellers exiliados en Bruselas renuncian al acta de diputado

Clara Ponsatí y Lluís Puig, consellers de Educación y Cultura al término de la anterior legislatura y diputados electos en el nuevo Parlament por la lista de Junts per Catalunya, han renunciado a su escaño para evitar que la bancada independentista pierda dos votos en la Cámara catalana. También ha renunciado al acta de diputado el conseller de Justicia, Carles Mundó, que había sonado para la presidencia del Parlament.

Puigdemont, junto a los consellers Comín, Ponsatí, Serret y Puig, en un acto en Bruselas. (Emmanuel DUNAND/AFP)
Puigdemont, junto a los consellers Comín, Ponsatí, Serret y Puig, en un acto en Bruselas. (Emmanuel DUNAND/AFP)

Los consellers de Educación y Cultura en la recta final de la anterior legislatura catalana, Clara Ponsatí y Lluís Puig, han renunciado hoy a su acta de diputado, según ha avanzado ‘Nació Digital’. Se trata de dos de los consellers exiliados junto a Carles Puigdemont en Bruselas, por lo que su renuncia se enmarca en la estrategia del independentismo para asegurarse la mayoría absoluta en la Cámara catalana, que se constituirá el próximo 17 de enero.

Ponsatí y Puig fueron elegidos en las listas de Junts per Catalunya, mientras que los otros dos consellers exiliados, Meritxell Serret (Agricultura) y Toni Comín (Salut), diputados electos de ERC, no han anunciado todavía su decisión, que podría ir por el mismo camino.

Se trata de asegurar que la bancada independentista (que cuenta con 70 diputados de un total de 135), no pierda los cinco votos de los diputados electos en Bruselas (los cuatro consellers y Puigdemont), que no podrán votar en el pleno. Una de las opciones alternativas que se barajan es que sean nombrados consellers sin cartera en el nuevo Ejecutivo.

También ha anunciado hoy su renuncia al acta de diputado el hasta ahora conseller de Justicia Carles Mundó, cuyo nombre había sonado también como posible president del Parlament en sustitución de Carme Forcadell. Mundó, en libertad con cargos después de pasar varias semanas en Estremera, abandona la política y regresa al mundo de la abogacía.