Dirigida por Benedikt Erlingsson -un destacado autor teatral y director de la renombrada película 'De caballos y hombres'-, 'La mujer de la montaña' se centra en una mujer -interpretada por Halldóra Geirhađsdóttir- implicada en una misión medioambiental poco convencional que tiene como objetivo proteger las montañas de Islandia, mientras intenta adoptar una hija.

Según ha revelado Erlingsson, «la historia me pedía que la protagonista fuera una mujer. No fue una opción relativa a lo que se considera como políticamente correcto. Las mujeres suelen participar activamente en la lucha por proteger las montañas y en las luchas medioambientales en general. Como Berta Cáceres Flores, la activista medioambiental hondureña asesinada en 2016, o Sigríður Tómasdóttir, que en el siglo XIX consiguió proteger una cascada que hoy es la principal atracción turística de Islandia».

Música e insurgencia

Uno de los elementos que más llama la atención del filme es la constante presencia de la música, la cual queda personificada en una muy peculiar banda que acompaña en todo momento a la protagonista. En relación a esta opción de ribetes surrealistas, el cineasta revela que «tiene su origen en los coros que aparecen en las tragedias griegas. Sigue un poco la línea utilizada por Fellini que siempre consideraba a los músicos como parte de la realidad representada. La banda local que aparece en mi película y el coro ucraniano representan las voces que el personaje interpretado por Halldòra Geirhardsdòttir escucha en su interior, las cuales pretenden convencerla de que abandone su alocada misión y salve a la niña que quiere adoptar».

Además de coquetear con el surrealismo y de tratar la problemátca medioambiental, 'La mujer de la montaña' también aborda el recelo que provocan quienes vienen de fuera. Según el director «para la gente de Islandia, es muy fácil culpar a los otros cuando ocurre algo. También pasa en EEUU. En esta película, lo primero que hace el gobierno es atribuir la autoría del detonante de la historia a alguna organización extranjera. Por ejemplo, en la lucha contra la caza de ballenas, siempre son extranjeros los que protestan. De esta forma los jóvenes y los activistas son criminalizados en los medios de comunicación. Es la lógica de los fascistas, el método más viejo de su manual».