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La Fiscalía suiza destapa 100 millones de dólares ocultos de Juan Carlos de Borbón

El rotativo ‘Tribune de Genève’ informa de que la investigación ha aflorado una cuenta en el banco Mirabaud en la que en 2008 se realizó el depósito, procedente del rey saudí Abdullah bin Adbul Aziz Al Saud. El fiscal Yves Bertossa analiza si este «regalo» guarda relación con el contrato del AVE a la Meca, construido por empresas españolas. 

Portada de ‘Tribune de Genève’ en la que se apunta que «Juan Carlos escondía 100 millones en Ginebra».
Portada de ‘Tribune de Genève’ en la que se apunta que «Juan Carlos escondía 100 millones en Ginebra».

«Una investigación desvela el dinero secreto del exrey de España en Ginebra». Así titula el diario suizo ‘Tribune de Genève’ su información sobre las pesquisas del fiscal Yves Bertossa, que investiga la posible comisión percibida por el monarca emérito por su intermediación entre Arabia Saudí y las empresas españolas que construyeron el tren de alta velocidad a la Meca.   

El montante de lo que desde el Gobierno saudí se califica de «regalo» –es conocida la buena sintonía entre ambas monarquías– ascendería a unos 100 millones de euros. Las informaciones apuntan que cuatro años más tarde Juan Carlos de Borbón regaló 65 de esos millones a su «amiga» Corinna zu Sayn-Wittgenstein a través de otro banco suizo con sede en Bahamas.

El letrado de esta mujer, Robin Rathmell, ha asegurado este miércoles a ‘El País’ que «en 2012 nuestra cliente recibió un regalo no solicitado del rey emérito, quien lo describió como una forma de donación para ella y para su hijo, con los cuales se había encariñado. Había pasado varios años de mala salud durante los cuales nuestra cliente lo cuidó». El abogado ha desvinculado este dinero de las supuestas comisiones por la adjudicación de la construcción del AVE a la Meca. 

El caso se remonta a julio de 2018, cuando se difundieron una serie de audios grabados por el comisario jubilado José Manuel Villarejo, ahora en prisión provisional, en una conversación con el empresario Juan Villalonga y la propia Sayn-Wittgenstein. Ella afirmaba que el rey emérito había cobrado comisiones por la negociación de aquella adjudicación.