Ion SALGADO

Ni rastro de Celedón en la plaza de la Virgen Blanca de Gasteiz

Celedón no ha aterrizado este martes en Gasteiz. Gorka Ortiz de Urbina, el blusa encargado de dar vida al aldeano de Zalduondo, dejó claro el lunes que este año no toca celebrar las fiestas de La Blanca. Eso sí, avisó de que «el año que viene celebraremos estas fiestas y las siguientes».

La imagen más atípica para un 4 de agosto en Gasteiz. (Raul BOGAJO/FOKU)
La imagen más atípica para un 4 de agosto en Gasteiz. (Raul BOGAJO/FOKU)

Hace un año la plaza de la Virgen Blanca era un hervidero. Miles de personas, provistas de pistolas de aguas y botellas rellenas de bebidas de todos los colores, se dieron cita en el corazón de Gasteiz para recibir a Celedón, encargado de dar inicio a las fiestas. El aldeano de Zalduondo bajó con su paraguas desde el campanario de San Miguel y marcó el ritmo de los presentes que dispersaron por las calles aledañas en busca de un bar o de un vecino dispuesto a lanzar un cubo de agua por la ventana.

Una imagen muy distinta a la que se ha visto este martes, en el año 1 D.C., después del covid-19, en el centro de la capital alavesa. A las 18.00, hora a la que estaba prevista la llegada de Celedón, no había nadie en la plaza. Ni un alma. Solo los periodistas y los residentes en la zona han podido pasar los controles establecidos por la Ertzaintza y la Policía Local. En total, se han colocado trece puntos de acceso para cerrar a cal y canto la Virgen Blanca desde las 16.30 hasta las 19.00.

No se veía el cable en el cielo, y tampoco había paneles para proteger el monumento que erige en el centro de la plaza. No había música, y, por su puesto, nadie ha prendido la mecha de un cohete en la balconada –sí que se han escuchado en otros puntos de la capital–. La nueva normalidad no permite aglomeraciones, como bien saben en Iruñea o Baiona, dos capitales que ya han vivido sus «no fiestas». 

A la espera de cuántas personas se calzan las abarcas este miércoles, algunas personas no se han aguantado las ganas han salido a cantar a sus ventanas. También hay quien no se ha resistido a prender un puro en las calles aledañas, donde las terrazas estaban pobladas.

En los próximos días no habrá conciertos en la plaza de Los Fueros, ni en la plaza del Matxete. Y quienes se acerquen al campus universitario se darán cuenta de que este año no hay txosnas. La única forma de saber que hoy es un día especial en Gasteiz es visitando el parking de Mendizabala, donde se ha instalado el circo, o reparando en los cuellos de los viandantes, mirando de reojo si se han anudado un pañuelo rojo y de cuadros. El único Celedón que se ha visto hoy en la plaza de la Virgen Blanca, además, llevaba enfundada una mascarilla. 

Los pañuelos son un símbolo y una parte de la indumentaria de los blusas y de las neskas, que este año no saldrán, al menos en cuadrillas. La comisión ya ha anunciado que no animarán las calles de Alde Zaharra y del Ensanche, y el alcalde, Gorka Urtaran, ha pedido a la ciudadanía que evite «cualquier llamada a la fiesta, también con nuestra vestimenta».

Todo para garantizar la salud de las personas y lograr que en 2021 se puedan celebrar estas fiestas y las que del año que viene, como dijo este lunes Gorka Ortiz de Urbina, el blusa encargado de dar vida a Celedón.