Dabid Lazkanoiturburu

Un mes después de la explosión en Beirut sigue habiendo más preguntas que respuestas

Un mes después de la explosión en el puerto de Beirut, las causas del drama que dejó al menos 191 muertos y arrasó con casi un tercio de la ciudad son un misterio. El Gobierno rechaza una investigación internacional aunque ha accedido a acoger a agentes del FBI.

Labores de rescate de posibles supervivientes entre las ruinas. (Joseph EID I AFP)
Labores de rescate de posibles supervivientes entre las ruinas. (Joseph EID I AFP)

A las 18.08, hora local, del 4 de agosto (la capital guardará hoy viernes a esa misma hora un minuto de silencio), una primera explosión, seguida de un incendio y una enorme deflagración, que se sintió hasta en Chipre, a 200 kilómetros y con una potencia equiparable a un seísmo 3,3 en la escala de Richter, provocó un cráter de 43 metros de profundidad y devastación a kilómetros a la redonda.

Horas después, el entonces primer ministro, Hassan Diab, la atribuyó a un cargamento de 2.750 toneladas de nitrato de amonio almacenadas durante más de seis años «sin medidas de precaución». Pero expertos estiman que la cantidad de este producto que se incendió fue bastante menor.

Esos mismos expertos, consultados por la agencia AFP, ponen en duda la versión de que los trabajos de soldadura en el almacén del puerto provocaran el incendio. Lo que sí es cierto es que el nitrato de amonio ha causado varios desastres mortales en muchos países, incluidos el Estado francés y EEUU.

Por qué seguían almacenados

Las autoridades del puerto, los servicios de aduanas, los servicios de seguridad... todos sabían que estos materiales peligrosos estaban almacenados. Ahora se echan la culpa unos a otros.

La carga fue interceptada en 2013 en un barco con bandera moldava que partió de Georgia (Caúcaso) hacia Mozambique. La nave paró en Beirut oficialmente «por problemas técnicos».

Las autoridades portuarias almacenaron el nitrato de amonio en un almacén en ruinas con paredes agrietadas. El barco, varado, se hundió en 2018 sin que nadie lo reclamara.

Según una investigación llevada a cabo por el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), un consorcio de periodistas de investigación fundado en 2006, el propietario del barco ‘Rhosus’ era Charalambos Manoli, un magnate del transporte marítimo chipriota. El porte fue encargado por la ‘Fabrica de Explosivos de Mozambique’, que formaba parte de una red de empresas ligadas a la clase dirigente del país africano y que fue investigada por tráfico de armas y suministro de explosivos a grupos rebeldes armados.

No es hasta enero de 2020 que la Seguridad del Estado comienza a investigar, alertada por las denuncias sobre el nauseabundo olor que salía del hangar. El primer ministro y el presidente reciben un informe el 20 de julio. ¿Tarde?

¿Supervivientes?

Un equipo de rescate chileno comenzó el  jueves una operación junto a las fuerzas de seguridad libanesas al encontrar un posible signo de vida bajo los escombros de un edificio colapsado en un barrio de Beirut.