La Corte de Casación (Tribunal Supremo) francesa ha elevado hoy a definitiva la decisión adoptada el 8 de enero por el Tribunal de Apelación de París por la que esa instancia judicial emitía su opinión favorable a aceptar la demanda de extradición contra Josu Urrutikoetxea en relación al atentado contra el Cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza (1987), en el que murieron once personas.

La defensa presentó recurso, aludiendo al carácter político de la causa que sustentó, entre otros argumentos, en el hecho de que no se imputara responsabilidad sobre esa acción al histórico militante de ETA ni cuando fue extraditado en 1996 ni durante su permanencia en prisiones españolas.

Fue dos años después de salir de la cárcel, en 2000, y tras incorporarse a la acción política y parlamentaria cuando se abrió esa causa. 

El pasado día 4 la Corte de Casación (Tribunal Supremo) ya dio su visto bueno a la entrega del militante de Ugao por el sumario de las «herriko tabernak».

La decisión conocida hoy no tendrá efecto inmediato ya que, por una parte, al ser una causa de extradición la última palabra la tiene el Consejo de Ministros. Y por otra, porque el militante que leyó, al igual de Marisol Iparragirre, la declaración de disolución definitiva de ETA, debe ser juzgado el año próximo por dos causas por las que fue condenado en 2010 y 2017 en rebeldía en el Estado francés.

Decisión en el caso Hergueta

Urrutikoetxea tiene mañana una nueva cita en la sala de instrucción del Tribunal de Apelación de París que debe pronunciarse sobre otra demanda de extradición, en este caso por el atentado que costó la vida en 1980 al directivo de Michelin Luis Hergueta.

De pronunciarse el tribunal a favor de esa extradición cabría recurso, lo que demoraría el fallo definitivo.

El pasado 1 de julio, esa misma instancia echó atrás una de las dos euroórdenes presentadas por la Audiencia Nacional, que pretendía juzgar a Josu Urrutikoetxea por crímenes de lesa humanidad en relación al atentado contra el aeropuerto de Barajas (2004), en el que fallecieron dos personas.

Además la sala acordó la libertad a Urrutikoetxea con obligación de portar una pulsera electrónica. Abandonó la cárcel de la Santé el 29 de julio.