Malainin MUSTAFA (Efe)

Miles de saharauis piden a la ONU que ponga freno a la represión en las zonas ocupadas

Varios miles de saharauis se han manifestado en el campo de refugiados de Rabuni, en Argelia, para apoyar a la activista Sultana Khaya y pedir a la ONU un mecanismo de vigilancia que frene el incremento de la represión policial marroquí en las zonas ocupadas del Sáhara Occidental.

Imagen de archivo de los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, Argelia. (Mohammed MESSARA / AFP)
Imagen de archivo de los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, Argelia. (Mohammed MESSARA / AFP)

Que la ONU articule un mecanismo de vigilancia que frene el incremento de la represión policial marroquí en el ocupado Sáhara Occidental. Esta es la petición que han realizado los miles de saharauis que se han manifestado en el campo de refugiados de Rabuni en apoyo de la activista Sultana Khaya.

Organizaciones de defensa de los derechos humanos en la ciudad de El Aaiún, controlada por Marruecos desde el inicio de la ocupación en 1975, denunciaron esta semana que policías marroquíes agredieron a Sultana Khaya y a una de sus hijas en la ciudad de Bujador, donde vive bajo arresto domiciliario, cuando se encontraban en la puerta de su domicilio para recibir una visita.

En imágenes difundidas después en las redes sociales se podía ver a Sultana Khaya, quien ya perdió un ojo en 2006 por una agresión marroquí, con un fuerte golpe en el rostro perpetrado al parecer por un policía marroquí, quien también rompió parte de su dentadura.

En este contexto, cientos de representantes de la sociedad civil y de la administración saharauis se han concentrado frente a la estación de Transporte ante la sede del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Rabuni, capital administrativa de la República Árabe Democrática Saharaui (RASD), para denunciar «la violencia marroquí en las zonas ocupadas».

Al grito de ‘¡Defenderemos nuestra tierra!’ y ‘¡Lucharemos hasta el final!’, los congregados han marchado en torno a la sede con pancartas en las que destacaban las fotografías de presos saharauis en cárceles de Marruecos y expresaban su solidaridad y apoyo a la familia de Sultana Khaya y a «todos nuestros compatriotas que sufren la represión en su propia tierra ocupada».

Otras reproducían las palabras de Khaya, quien ha asegurado que «el Sáhara Occidental es un infierno: violaciones, abusos, torturas, desapariciones forzosas, asesinatos, arresto domiciliario. Es (escenario de) una espiral de violencia y represión para intimidar e intentar silenciar a los activistas saharauis».

Adoptar medidas urgentes

Los participantes en la marcha también han pedido a la comunidad internacional que «adopte medidas inmediatas y urgentes para proteger a los saharauis de la opresión de las fuerzas represivas marroquíes», que se han multiplicado en los últimos meses en paralelo a las operaciones de hostigamiento que unidades del Frente Polisario realizan en la zona del muro construido por Marruecos en el Sáhara, el más largo del mundo.

Los congregados, liderados por organizaciones de la sociedad civil, han exigido, asimismo, la creación de un nuevo mecanismo internacional que permita vigilar la situación de los derechos humanos en las ciudades ocupadas por las fuerzas marroquíes.

A este respecto, el Frente Polisario se ha mostrado «sorprendido por el silencio de las organizaciones jurídicas internacionales y de los organismos internacionales de defensa de los derechos humanos» en relación a «la opresión, abuso, tortura y vejaciones que sufren los saharauis en las ciudades ocupadas del Sáhara Occidental».

Escalada de tensión

La situación en la zona es de alta tensión desde que el pasado 13 de octubre fuerzas armadas marroquíes penetraran en el paso de Guerguerat, que une Mauritania con la zona ocupada por Marruecos en el Sáhara Occidental, para desalojar a un nutrido grupo de saharauis que habían acampado en la pista para interrumpir un tránsito de mercancías que el Frente Polisario considera ilegal.

Apenas 24 horas después de la ofensiva, el secretario general del Frente Polisario y presidente de la RASD, reconocida por decenas de países, Brahim Ghali, aseguró que suponía una violación del alto el fuego y consideró rota la tregua firmada en 1991.

Un día más tarde, anunció el inicio de acciones bélicas a lo largo del muro levantado por Marruecos en medio del desierto, que según los saharauis se repiten a diario desde entonces y que Rabat ni siquiera comenta.

A la tensa situación, se añadió el reconocimiento por parte de la Administración del expresidente de Estados Unidos Donald Trump del Sáhara Occidental como parte de Marruecos a cambio de que ese país reconociera a Israel.

El pasado 24 de enero, el Frente Polisario aseguró haber atacado con misiles el paso de Guerguerat, información a la que Marruecos respondió admitiendo las acciones de hostigamiento –a las que restó importancia– y asegurando que la situación en el paso comercial entre Marruecos y Mauritania era «normal y de tranquilidad».

El 8 de febrero, el Polisario aseguró que había logrado penetrar en territorio bajo control de Marruecos y matado a tres soldados marroquíes en una operación, información que no ha sido confirmada ni desmentida ni por Rabat ni por fuentes independientes.