Apenas unos cuantos clics y la mercancía se ponía en marcha, con el habitual sistema de distribución a cargo de un repartidor en moto. Salvo que en vez de una pizza, en el paquete que recibían los clientes figuraba el preciado polvo blanco.

Una actuación conjunta de la Policía judicial de Burdeos y Baiona, que se inició en 2019, ha llevado ahora a desmantelar ese servicio que se ha bautizado como «Uber Coke».

La operación, de la que ha dado cuenta hoy la emisora de radio France Bleu, ha dejado fuera de juego a una red a la cabeza de la cual figuraban dos parisinos, actualmente en prisión provisional.

La red actuaba adaptando su ‘modus operandi’ a este tiempo de pandemia, confinamiento y cierre de locales de ocio nocturno, para seguir moviendo el mercado de la cocaína y otros estupefacientes.

Los dos responsables se desplazaban habitualmente a la capital labortana para poner su mercancía en manos de al menos dos distribuidores, encargados a su vez de aprovisionar a sus clientes en localidades como Biarritz, Angelu, Donibane Lohizune o Barritz, pero también en otros puntos del sur de Landas.

«Los clientes se cuentan por decenas y su perfil es muy variado, hay desde comerciantes, dueños de locales de hostelería o empresarios de la construcción a antiguas figuras de rugby o estrellas de cine», señala la emisora pública.

«Numero de oro» y promociones

Además de valerse de las nuevas tecnologías para los pedidos, asegurando encargos encriptados mediante el uso de «número de oro» que permite que varios clientes se sirvan a la vez de una misma línea de teléfono, los responsables de la red tenían «gran sentido del márketing», y ofrecían así, a modo de las «ventas previas» que hacen los comercios de ropa en rebajas, promociones para los mejores clientes y «regalo del sexto gramo de cocaína para los compradores más habituales».

Aunque el sumario está en fase de instrucción, la emisora adelanta que una decena de personas serán citadas por el Tribunal de Baiona.