NAIZ

MSF denuncia que 120 niños se han autolesionado o intentado suicidar en las islas griegas

En el informe ‘Crear la crisis en las fronteras de Europa’ la ONG Médicos Sin Fronteras alerta sobre cómo las políticas migratorias de la Unión Europea ponen en peligro la salud, el bienestar y la seguridad de las 9.600 personas refugiadas en las islas del Egeo.

Nuevo centro de retención para migrantes en la isla de Samos (Médicos Sin Fronteras)
Nuevo centro de retención para migrantes en la isla de Samos (Médicos Sin Fronteras)

Entre 2019 y 2020 las clínicas de salud mental de MSF en Quíos, Lesbos y Samos trataron a 1.369 pacientes, muchos de los cuales sufrían graves trastornos de salud mental, como estrés postraumático y depresión. En ese periodo, los equipos de MSF asistieron a 180 personas que se habían autolesionado o habían intentado suicidarse. Dos de cada tres eran niños, el más pequeño apenas tenía seis años.

Varios de los pacientes de MSF ya habían sufrido situaciones traumáticas o altamente violentas en su país de origen o durante su viaje migratorio. Al llegar a los campos de refugiados, las tensiones diarias y el miedo constante no hacen más que empeorar su salud mental. Además, las malas condiciones de vida, los complicados procedimientos burocráticos, la separación de la familia, las necesidades médicas no atendidas y el miedo a la deportación son factores altamente perjudiciales para su bienestar psicológico, según alerta la ONG en su informe.

Y es que en las islas griegas como Lesbos, Quíos, Samos, Kos y Leros no se garantiza que se cumplan las necesidades más básicas para poder sobrevivir. MSF y otras ONGs denuncian que entre octubre de 2019 y mayo de 2021 transportaron más de 43 millones de litros de agua para el campo de refugiados de Samos, porque carecía de agua potable. Además, entre 2018 y 2020, MSF realizó más de 42.000 consultas pediátricas cerca del campo de Moria, que incluían el tratamiento de niños por lesiones y quemaduras por accidentes, y violencia. Los problemas más comunes estaban relacionados con la falta de saneamiento y la exposición al frío.

La ONG también alerta de que la UE y el Gobierno griego pretenden utilizar el campo de refugiados de Moria como modelo para construir Centros Polivalentes de Acogida e Identificación, lo que en la práctica, según MSF, son espacios para retener personas migrantes. Cabe destacar que Moria se incendió el año pasado y que más del 40% del campamento quedó destruido.

Iorgos Karagiannis, el coordinador general de MSF en Grecia, advierte de que construir más campos siguiendo este modelo es un error: «De forma sorprendente, el campo de Moria, en Lesbos, que no solo era disfuncional sino mortal, es ahora el modelo de un nuevo centro de tipo carcelario en Samos. La nueva instalación se encuentra en una zona remota y expuesta de la isla y mantendrá a las personas en contenedores, rodeadas de alambre de espino, con la entrada y la salida controladas».

Karagiannis añade que estos campos no mejorarán la calidad de vida de las personas: «Por el contrario, seguirá provocando una degradación de su salud mental, una nueva crisis de protección y hará aún más invisible el sufrimiento de solicitantes de asilo, refugiados y migrantes atrapados en las islas griegas».

Petición a la UE

MSF implora a la UE y a sus estados miembros que tengan compasión y sentido común. Reem Mussa, asesora humanitaria de MSF en materia de migración y una de las autoras del informe, exige que estos deben «poner fin a las políticas de contención» y garantizar que los migrantes que llegan a Europa tengan «acceso a la asistencia urgente, a la protección y a la reubicación para una acogida y una integración seguras en las comunidades de toda Europa».