Emmanuel Macron ha detallado en un discurso televisado las medidas que implementará su Gobierno para frenar la expansión del coronavirus por la difusión de la variante Delta, que supone ya más de la mitad de todos los casos en el Hexágono. Entre las principales está la obligatoriedad de vacunarse, antes del 15 de setiembre, para todo el personal profesional o voluntario del ámbito sanitario y sociosanitario que trabaje en hospitales, clínicas, residencias de mayores y centros para discapacitados o que esté en contacto con personas mayores o vulnerables, incluso a domicilio. A partir de esa fecha, habrá controles y sanciones para quienes no lo hagan. El ministro de Sanidad, Oliver Véran, ha ido más allá y ha señalado que quienes no se vacunen «ya no podrán trabajar y no se les pagará».

Según las últimas cifras disponibles, solo el 45% del personal de residencias de mayores y enfermos de larga duración tenían la pauta de vacunación completa, cifra que sube para el personal hospitalario (64%), mientras que asciende al 81% entre los sanitarios que trabajan por su cuenta.

«En función de la evolución de la situación deberemos sin duda plantear la cuestión de la vacunación obligatoria para todos, pero apuesto por la confianza y llamo solemnemente a todos los ciudadanos a que se vacunen cuanto antes», ha resumido Macron abriendo la puerta a una exigencia aún mayor.

Junto a ello, el presidente francés ha anunciado que desde el 21 de julio todas las personas mayores de 12 años tendrán que presentar un certificado de vacunación o «pase sanitario» para acceder a los espectáculos culturales o de ocio de más de 50 personas. En la actualidad, el documento es necesario para acceder a las discotecas y también a grandes eventos sociales o deportivos con más de 1.000 personas

A partir del 15 de agosto, el certificado será también obligatorio en restaurantes, bares, centros comerciales, hospitales, residencias, trenes y autobuses en viajes de largo recorrido y en aviones. De esta manera, «solo las personas vacunadas o con test negativo podrán acceder a esos lugares», según ha detallado.

Además, las PCR y test de antígenos, que hasta ahora eran abonadas por la Seguridad Social, pasarán en otoño a ser de pago salvo en el caso de que sean prescritas por un médico.

Macron ha anunciado que se van a reforzar los controles con los países de alto riesgo por la degradación de la situación sanitaria, con un aislamiento obligatorio para los viajeros que no estén vacunados.

El proyecto de ley para aprobar este paquete de medidas se abordará en la Asamblea Nacional el 21 de julio en una sesión extraordinaria.

«Si no actuamos desde hoy, el número de casos va a continuar aumentado fuertemente y supondrá inevitablemente el aumento de las hospitalizaciones desde el mes de agosto», ha defendido Macron, quien ha adelantado que habrá campañas de inoculación también en los centros escolares para los mayores de 12 años para el próximo curso escolar.

Reforma de las pensiones y de la prestación por desempleo

En su octavo discurso al país desde que empezó la crisis sanitaria, Macron ha querido poner el acento en la recuperación económica, para lo que considera necesario la vacunación de toda la ciudadanía, y ha mostrado además su empeño en sacar adelante la reforma de las pensiones de jubilación, que había quedado aparcada y que prevé retrasar la edad de retiro de 62 a 64 años, «cuando se den las condiciones sanitarias».

Asimismo, el mandatario francés ha avanzado que la reforma sobre el desempleo, lanzada en 2019 y que dificulta el acceso a la prestación, se implementará a partir del 1 de octubre. La reforma, que incorpora un cálculo decreciente, debía entrar en vigor el pasado 1 de julio, pero quedó en suspenso por la decisión del Consejo de Estado.