NAIZ

¿Rivales o compañeros? El aplaudido gesto de Iker Karrera con otro competidor

El trail runner de Amezketa Iker Karrera fue tercero en la prueba 8K del Trail Valle de Tena, disputado este sábado. Una prueba de 77 kilómetros y 6.800 metros de desnivel acumulado. Sin embargo, el resultado no fue lo más aplaudido.

Iker Karrera, a su llegada a la meta de Panticosa. (@trailvalletena)
Iker Karrera, a su llegada a la meta de Panticosa. (@trailvalletena)

Llevaba tres años sin competir y este sábado se volvía a poner un dorsal. El trail runner de Amezketa Iker Karrera participó en la 8K del Trail Valle de Tena, la prueba reina del fin de semana. 77 kilómetros y 6.800 metros de desnivel acumulado con el Garmo Negro (3.051 metros) como ascensión principal.

Y lo hizo de forma espectacular. Entró tercero en la meta de Panticosa con un tiempo de 13 horas y 57 minutos.

Sin embargo, la demostración más importante ya la había hecho varias decenas de kilómetros antes. A mitad de carrera compartía posición con un rival que, por mala fortuna, rompió las zapatillas. Al llegar a uno de los puntos de control, Karrera recogió sus zapatillas de repuesto y se las entregó a la organización para que, cuando llegase el compañero (o rival) se las dejasen.

En un vídeo publicado por la propia organización, el rival reconoce el gesto de Karrera. «Se lo agradezco en el alma. Paró conmigo y todo. Increíble. Me regaló unos momentos de leyenda».

 

«Ser un gran corredor de montaña es mucho más que cumplir con un tiempo o un puesto. Es cuidar de la montaña y también de tus compañeros. Así nos lo ha demostrado hoy el Iker Karrera (que ha sido 3º en la 8K) con este gran gesto de compañerismo», señala la organización de la prueba. En respuesta al vídeo, las redes sociales se llenaron de mensajes de felicitación al runner de Amezketa.

En su página web, Karrera define así su relación con la montaña y estas pruebas deportivas. «En el monte, no hay lugar para la arrogancia, para la presuntuosidad ni alardes de fuerza. Te exige ser humilde, ser sincero contigo mismo y aceptar que somos muy débiles ante la fuerza y la grandeza de la montaña».