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Uber pierde en Países Bajos la batalla judicial sobre los derechos de los chóferes

Un tribunal neerlandés ha resuelto este lunes que los chóferes de Uber en ese país deben trabajar bajo contrato laboral legal y que no son trabajadores independientes o autónomos, en un nuevo golpe al gigante estadounidense líder en servicios de autos con conductor.

Una persona entra en la aplicación de Uber para pedir un coche con chófer. (AFP)
Una persona entra en la aplicación de Uber para pedir un coche con chófer. (AFP)

La sentencia, hecha pública este lunes en Países Bajos tras la denuncia presentada por un sindicato, tiene lugar meses después de otra similar por parte de un tribunal de Londres respecto a los derechos de los conductores de Uber, lo que obligó a la empresa estadounidense a alcanzar un acuerdo sindical por primera vez en el mundo.

«La relación legal entre Uber y esos chóferes reúne todas las características de un contrato de empleo», y los conductores están cubiertos por el convenio colectivo laboral de los taxistas, ha señalado un tribunal de Ámsterdam en un comunicado.

«Esto significa que Uber estará obligada a suscribir contratos laborales con sus conductores (...) lo que significa que, en determinadas circunstancias, estos tienen derecho a un pago retroactivo», añade el tribunal.

La Federación de Sindicatos Nacionales (FNV) neerlandesa –que incluye a numerosos sectores de actividad– llevó a Uber ante los tribunales en diciembre pasado, alegando que los taxistas y los conductores de esta empresa compartían un mismo acuerdo laboral, y que estos últimos con frecuencia ganan menos del salario mínimo.

Los jueces también ordenaron a Uber pagar 50.000 euros por daños y perjuicios a la FNV por no adherirse a un convenio laboral colectivo.

Recurso de la empresa estadounidense

Uber, que insiste en que solamente brinda una plataforma técnica para vincular a conductores y clientes independientes, ha anunciado que recurrirá la sentencia.

«Estamos decepcionados con esta decisión (judicial) puesto que sabemos que la gran mayoría de los conductores quieren continuar siendo independientes», ha declarado en un comunicado Maurits Schoenfeld, responsable de Uber para el norte de Europa.

«Los chóferes no quieren renunciar a su libertad de elegir cuándo y dónde trabajar», ha añadido.

En marzo, Uber afirmó que por primera vez en el mundo estaba aplicando a sus conductores en Gran Bretaña el estatuto de trabajadores, con beneficios que incluyen un salario mínimo.

Sin embargo, en la documentación entregada al tribunal, Uber subraya que: «un grupo tan diverso de más de 10.000 conductores no pueden convertirse en empleados (de la empresa) simultáneamente».

Es un negocio en rápida expansión, con más de 5.200 conductores de Uber solamente en Ámsterdam a finales de 2019, de acuerdo a datos de un estudio de la Universidad de Maastricht.

Sentencias dispares

La sentencia del tribunal neerlandés no deja de sentar un precedente, aunque en cada Estado las condiciones pueden ser diferentes.

Por ejemplo, en California, un juez consideró en agosto inconstitucional e «inaplicable» una votación celebrada en noviembre de 2020 que declaraba a estos conductores como trabajadores autónomos.

Uber y Lyft, líderes estadounidenses en este sector, habían sometido a votación popular una ley para consagrar la independencia de los conductores en California, después de que ese mismo Estado estableciera en 2019 una norma que obligaba a considerarlos como empleados.

Sin embargo, un juez de una Corte Superior en California sentenció que esa ley viola la Constitución del Estado porque «limita el poder de una (...) legislatura para definir a los conductores basados en aplicaciones como trabajadores sujetos a la ley de compensación laboral».

Uber también ha enfrentado a una fuerte resistencia por parte de los servicios de taxi tradicionales en numerosos países, y también en Euskal Herria.

Un tribunal francés ordenó este viernes pasado a Uber a pagar daños y perjuicios a los taxistas cuyo negocio se vio afectado por competidores sin licencia.

En Gran Bretaña, tras una batalla legal de tres años, el Tribunal Supremo dictaminó en febrero que la empresa debía clasificar a sus conductores como «trabajadores» propios y no como autónomos.

El pasado mes de agosto, Uber reconoció que había ganado 1.100 millones de dólares (931 millones de euros) durante el segundo trimestre de este año y añadía que su negocio, «estancado por la pandemia», comenzaba a mostrar «signos de recuperación».